Hasta pronto pequeña

El sol aparecía por el horizonte, la noche habia acaecido tranquila entre risas y anécdotas. La reina miró desde el sofá por la ventana:

-Creo que es momento de que me vaya. Ya no puedo demorar mi partida por más tiempo.

Se puso su capa y protegió su pelo con la capucha, del rocio frio de la mañana. La reina abrazó a la bruja que se negó a llorar.Estuvieron un buen rato, aunque se hizo muy muy corto.

-Venid pronto a visitarme, me lo tomaré como una afrenta si no venís.

La bruja asintió, no podía decir que no se fuese, porque era muy egoista, no quería decir que la echaría de menos, porque sabia que sería hacer las cosas más dificiles.

-Cuidese majestad.

La reina lanzó una última mirada a la estancia, y sonrió. Empezó a bajar la colina donde la esperaba su corte y entre ellos, el rey Lobo, cubierto de unas grandes pieles de lobo, subido a un caballo negro y esperando a su señora. Ella subió a la grupa del caballo del Rey, volvió la cabeza con una gran sonrisa y emprendió camino hacia su futuro, un futuro flamante y lleno de posibilidades.

Una vez su figura se perdió en el infinito, la bruja, en la puerta de su pequeña choza de piedra, derramo lagrimas por la amiga que se va y a la que la esperan grandes aventuras.

-Sé feliz amiga mia.

Se me hace imposible describir lo muchísimo que te voy a echar de menos Mery, y la de veces que te voy a extrañar, pero está en mi mano mitigarlo con cartas, mails, llamadas y visitas. Sabes que te quiero y que  todas las cosas buenas que deseo para mi, las deseo para ti por triplicado. Promete que serás muy feliz, porque sino, esto no merecerá la pena. Te quiero una jartá mi niña!!