Se supone que hoy tenía que salir una colaboración chula de la que aún no puedo hablar, pero que muchos debéis suponer ya y por problemas técnicos no parece que vaya a poder salir hoy.
Pero prometí un post hoy y en vista de la grandísima pérdida en el mundo literario que hemos sufrido ayer, no puedo más que abrir un espacio, no de tristeza, que fue la primera sensación que nos embargó a sus fans, sino de gratitud a Terry Pratchett.
Lamentablemente para mi, conocí sus libros tarde, mi primer acercamiento fue por un tomo en inglés de la mitad de su serie de Mundodisco, un mundo que sucede en una tortuga gigante que planea en la nada. Un mundo donde hay elfos cabronías, brujas buenas y graciosas y una muerte con su esqueleto y guadaña, que habla en mayúsculas y tiene problemas para controlar a su deslenguada nieta.
Las referencias al mundo musical eran contínuas y la mordacidad de la muerte me hizo que realmente amase a ese personaje que tan sabia, pero críticamente hablaba del humano. Más tarde, por mi cumpleaños me regalaron el precioso libro de Buenos Presagios, escrito a medias con otro de mis amores literarios, Neil Gaiman, donde el apocalipsis lo decide un niño, tentado constantemente por ángeles y demonios. Me enamoré de otro personaje, este más secundario y pequeño: Agnes La Chalada, una bruja que profetizaba el futuro y acertaba, de hecho escribió un libro, muy poco vendido porque lo profetizó con tanta antelación que la gente del siglo XVII no sabía de qué hablaba...
Era la maravilla de Terry, que hacía que te enamoraras de sus personajes, que rieses con sus libros, que disfrutases de sus pensamientos.
Hace unos años se le descubrió un tipo de Alzheimer que le dejó con muchas dudas internas, por lo que hizo un reportaje sobre la eutanasia. El hecho de que no pudiese escribir le torturaba, pero el hecho de tener que irse cuando aún era consciente y tener que dejar a su mujer antes de lo debido, le dolía más que nada. Este es el reportaje, por si alguien lo quiere ver, pero al final, ves como un señor toma una droga que le hace dormir hasta la muerte, ante la presencia de su esposa y Terry, lo digo porque es bastante duro y no quiero que nadie se lleve a engaños. Es enriquecedor porque da aspectos de este tema que uno a veces no se plantea, pero es muy duro, porque es un tema muy sensible y personal. Terry finalmente, para los que no queráis verlo, afirma ser un firme defensor de la autodeterminación, pero también afirma no ser capaz de hacerlo porque no quiere perderse nada.
El año pasado Neil Gaiman pasó por España y dió una conferencia en el British Council donde se le preguntó por Terry y habló de su impresionante memoria, a pesar de tener alzheimer (minuto 58) y de como le entristecía ver a su amigo "adentrarse en la oscuridad". Su problemática era una atrofia cortical posterior, que le afecta a la memoria a corto plazo y de hecho, se ha abierto una cuenta para donativos para poder estudiar y combatir dicha enfermedad.
Terry no escribió más de 70 libros, sino que nos regaló un universo, nos regaló a Tata Ogg, a Ricewind el hechicero chapuza, Yaya Ceravieja, la ciudad de Ankh Morpork y una versión antropomórfica de la Muerte muy resultona (y otra personificada para las ratas) que adora el curry, tiene un caballo que se come toda la vegetación que pilla, llamado Binky y sufre de pánico escénico. Nos regaló un mundo de sueños y de lectura, nos dió capacidad para vivir vidas distintas y luchó por abrir camino a grandes escritores que han dignificado y revalorizado la lectura en nuestros días como J.K. Rowling. Terry nos dió mundos y personajes imperecederos, que vivirán por siempre en nuestros corazones como su memoria. Se hicieron adaptaciones de sus libros al cine (donde Christopher Lee pone la voz a la muerte y queda MUY bien, como es el caso de El color de la magia), algunas en dibujos animados, otras más realistas, y sus libros son estupendos y divertidos, os hará adictos a sus historias (la saga de Mundodisco de héroes y magos no la leí, me recomendaron dejarla para el final, porque era la más lenta, pero la de las brujas y la de la muerte suelen ser las favoritas del público).
Sir Pratchett, le vamos a echar mucho de menos, hasta que venga el dueño de Binky a por nosotros.
Y yo que no he leído nada de él... Todavía...
ResponderEliminarEste verano me hablaron del mundo disco. Como que lo flipé un poco. ¿Una tortuga? ¿Un disco?
Una imaginación prodigiosa.
Va siendo hora de buscarle en la biblioteca.
Me ha gustado mucho el post, qué buen homenaje a este hombre... Se nota que hay cariño. Besos!
No conocía a este señor ni su obra, pero, por lo que cuentas, es imperdonable, o casi.
ResponderEliminarEspeor leer pronto algo suyo.
Un abrazo, y hasta siempre Sir Prattchet.
Gracias por revelarnos un mundo diferente.
nO LO HABÍA LEÍDO, CUÁNTA CREATIVIDAD.
ResponderEliminarnO ME QUEDA MUY CLARO SI AL FINAL SE EUTANASIA O NO. eFECTIVAMENTE ES UN TEMA MUY DURO Y SENSIBLE, SUPONGO QUE YA ADIVINAS MI PUNTO DE VISTA. :)
Murió por causas naturales rodeado de su mujer y su hija, con su gato en sus pies. Como he comentado, defendía el derecho a elegir, pero dijo que no se veía capaz de hacerlo, como así ha sido.
ResponderEliminarEntiendo tu punto de vista, aunque coincido con Pratchett: que yo no pudiese hacerlo no significa que no crea en el derecho a la autodeterminación.
Besotes
No me había enterado de su fallecimiento... Eskarina, mi personaje favorito. Aunque no es el tipo de literatura que más me guste, sus libros están en mi estantería envueltos en un trocito de magía. Una imaginación increíble.
ResponderEliminarMe paso otra vez por aquí! Anteayer con un amigo buscamos por internet algunos relatos suyos. Ni me acuerdo del nombre. Uno de unas moscas efímeras que vivían nada más que 24 horas y otro de unos árboles milenarios. Hacía tiempo que no me reía tanto, pero a carcajada limpia! Qué grande el tipo!
ResponderEliminarUn besote!!!
Rip
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