Inspirada por una imagen del Pinterest, que me sigue pareciendo una página muy chula para gente emprendedora y positiva, ví una margarita hecha con laca tipo arena o cupcake, dependiendo de como la quiera denominar la marca y me dije "oye, ideaca". He aquí mi versión, con el precioso Famosa de Masglo y el 648 de Kiko de los cupcakes en el centro de margarita y el 647 de Kiko también, en la colección de cupcakes, haciendo los pétalos. Como veis el resultado es muy bonito y me ha inspirado para hacer otras cosas porque creo que estos efectos relieve dan para mucho. A parte el Famosa es un color muy de tendencia (consultar el post de colores de tendencia de la Tía Maruja) y además, yo no lo sabía, pero Masglo hace esmaltes muy respetuosos (acostumbraos a esta palabra porque la usaré mucho en este post), con las uñas (volved a consultar el blog de la tía Maruja, que hizo un post sobre esto).
Llevo unos días requetechof animicamente, ¿astemia primaveral? Ni idea, pero la cosa es que tengo varios frentes negativos abiertos y el viernes fue la repanocha: mi profesor de baile de bachata y salsa del gimnasio ya no trabaja para este.
Es que no va a salir a derechas nada ahora mismo?!
Y es una chufa, porque tampoco es que me vaya a dedicar a la salsa y la bachata de manera profesional, pero me gustaba esa clase, me reía, me lo pasaba bien y era divertido, liberador en cierta forma.
Ahora ponen aeróbic, que está bien, el profesor lo hace también muy ameno y divertido y tiene muchos pasos de baile, con lo que también me encanta, pero entenderéis que no es lo mismo para nada. A mi me gustaba tener las dos cosas.
El caso es que ayer, choffer (aumentativo británico de choff, no es que me haya sacado el carnet de conducir) me avisa un amigo que van a ir unos colegas a una discoteca de salsa, porque dan clases de bachata y que si me animo. Llevaba unas semanas con la necesidad imperiosa de salir a bailar y no conseguía liar a nadie para dicho evento, así que no me lo pensé mucho, para ser sincera y dije que sí.
No va por ahí Marshall
Total, que ahí que me fuí y tenían la clase, donde empiezas con una pareja y vas cambiando y la verdad es que, a nivel emocional supuso muchas cosas que quería compartir con vosotras, porque ha sido muy educativo a ciertos niveles, no solo bailongos.
1.- El espacio interpersonal es relativo. Esto ya lo había estudiado en sociología, los orientales tienen espacio interpersonal más limitado de manera cultural, mientras que los estadounidenses tienen espacios interpersonales más amplios. Pero cuando bailas bachata y no eres consciente de que te estan enseñando la modalidad sensual (os acordáis de lo que nos decían en el colegio sobre que entre el chico y tú tiene que haber un espacio para el espíritu santo? Bueno, pues aquí el espíritu santo o se sube a tu chepa o no baila), practicar el paso por primera vez, que en este caso es el giro completo (en las clases que dí era bachata más casta), que implica que el chico usa su cuerpo para girarte, lo que implica que tu caja torácica y la suya se vayan a tocar en algún momento y su pierna tenga que colocarse entre las tuyas para el giro, es ciertamente violento. Pero cuando vas a un sitio de ambiente respetuoso (o así lo definían en la página, que lo miré para saber a donde iba porque no estaba segura de la dirección), te das cuenta de que el chico está un poco como tú de incómodo (máxime si viene con la novia a aprender) y que por eso te va a hacer que te sientas respetada. Cuando digo bachata sensual es sensual, no es reaggeton, quiero dejarlo claro porque yo no bailo reaggeton, no lo bailo y punto, hay enormes diferencias, la bachata sensual tiene más que ver con el tango que con el reaggeton. Entiendes que ese espacio que no existe no es para arrimar cebolleta, sino que es parte del paso y si quieres hacerlo bien, asumes que somos mayorcitos para no incomodar al otro, tomas otra conciencia de tu cuerpo. Eso sí, muchas veces las miradas son evitativas, por aquello de mantener un mínimo de espacio psicológico, pero que vamos, que te buscas "tu espacio" de otra manera y a los 5 minutos no te sientes violenta, si acaso patosa si no lo haces bien.
2.- Los roles establecidos pueden a veces ser muy positivos. En la bachata y en la salsa, bueno, en bailes de salón en general, hay unos roles básicos: el hombre es el líder y lleva a la mujer, que se luce y exhibe y se deja llevar. Eso implica que el hombre tiene que empoderizarse y la mujer ser una seguidora. Creedme que como feminista convencida no es fácil, pero si tienes que hacer el 80% de los giros y piruetas y encima llevar al tío terminas derrengada, así que hay que aprender a delegar. Como cuando aprendes, vas cambiando de pareja a cada poco, cuando sale algo bien la gente es positiva y trata de decir algo agradable, lo que incrementa el buenrollismo imperante. Que te vengan varios chicos diciendo que "oye, qué bien nos ha salido, te dejas llevar bien, no veas las luchas que tengo con algunas" es como una especie de salto al vacío de confianza. Una que tiene sus problemillas de ansiedad, no lo pasa bien en situaciones nuevas, pero el bailar con gente que no sabes el nombre, que no pretendes conocer (o al menos, no en ese momento) y que no sabes si la volverás a ver, y tener que confiar en que te señalaran bien los pasos que pretenden de tí, que no te van a tirar al suelo y que se van a esforzar en lucirte y en no propasarse implica bastante relajación y buena voluntad. Creo que es uno de los ejercicios de confianza en desconocidos que mejor pueden llevar las personas con ansiedad social, de hecho los chicos que mejor llevaban eran los más tímidos, lo daban todo y los giros los hacían genial. Incluso un amigo que sabe bailar superbien me dijo que él había intentado hacer "de chica" (para enseñar suele ser muy común, a mi me ha tocado hacer de chico varias veces) y me comentó que les costaba mucho, que no era fácil. Socialmente las mujeres somos muy demandantes, pero a veces, delegar implica confiar en otros y eso es algo que también se puede aprender.
3.- Reirse de uno mismo es la mejor manera de hacerlo bien. Si no sabes hacer algo, asume que vas a hacer aprendizaje con ensayo- error, asume que no va a salir todo perfecto, que es posible que te pierdas, que no sigas el ritmo, que pises a alguien sin intención... pero tienes que reirte. Si bien es cierto que los tímidos son los que antes consiguen sacar el paso porque son los más voluntariosos, los que mejor lo interiorizan somos los que menos sentido del ridículo tenemos (me incluyo totalmente). En general bailar siempre se me ha dado relativamente bien, primero porque todo es cuestión de ritmo, si te gusta la música a niveles infectos (séase mi caso, especifíco nível infecto, porque a todo el mundo le gusta la música, a cada uno su estilo), seguir el ritmo es relativamente fácil, pero cuando sigues el pensamiento de Phoebbe Buffay corriendo, "da igual que la gente te mire, luego te vas!", todo es más relativo y sencillo. Entiendo que ahora os preguntaréis "cómo es que una chica que admite tener tensión en la situación social nueva pueda admitir no tener sentido del ridículo?", por el humor. Soy una persona tremendamente vergonzosa con actitud extrovertida, así que mi yo extrovertido tira de mi yo tímido. El caso es que bailé bastante con un amigo, nos venía bien practicar los básicos y fue divertido y nos íbamos soltando a base de echarle morro y reirnos de nosotros mismos, nos vino bien tener ese espacio de entrenamiento divertido de confianza.
Daleeee, que ya tu tiempo se acabóooo, aquí el que reina soy yo, yo soy el rey de la tarima...
4.- Aprendes nuevos niveles de educación y caballerosidad. Ayer me sacó a bailar un chico que no conocía de nada y que era el amo, así, sin tapujos. Luego un amigo mío me dijo que le conocía y que realmente sí que era un excelente bailarín, el caso es que que te saquen a bailar una canción con pasos de gran sensualidad (y algunos de bastante complejidad) sin más pretensiones es relativamente fácil en un ambiente tan sanote. El chico me sacó y yo intenté dejarme llevar y hacerlo lo mejor posible, alguna patita metí (Ginger Rogers no se reencarnó en mí, asumámoslo), porque obviamente, estamos para aprender, pero en general desastrosamente mal no salió y gran parte gracias a que el chico lleva muy bien. Cuando la canción terminó me dió las gracias por bailar con él... él, que más bien le tendría que dar las gracias yo por enseñarme pasos y llevarme tan genialmente, que le dí las gracias yo también. Te das cuenta de que hay un intercambio de conocimiento grande, pero también, que hay muchísimo respeto cuando alguien te pide amablemente bailar y luego te da las gracias, por compartir tu tiempo y en cierto modo, espacio personal. Nunca nadie me había pedido bailar antes (en serio, es triste, pero así van las cosas en las discotecas convencionales), pero tampoco nadie me había dado las gracias por bailar con esa persona y menos intentar bailar y luego sacar algo de todo eso una profunda intención sincera de baile. Fue como estar en una versión salsera de Orgullo y Prejuicio, pero sin la tensión del baile de Mr. Darcy y Elisabeth Bennet (que sigo sin imaginármelos bailando "El rey de la tarima"). Fue raro, pero tuvo su encanto.
Conclusión: bailar en un sitio de ambiente respetuoso bailes caribeños es una experiencia sociológica (no todo fue perfecto, hubo un tipo que me puso la mano en el trasero, pero que encima lo hacía con todas, en serio ¿qué c*ñ*, con perdón, le pasa a la gente con los culos?, hasta que las chicas dejamos de bailar con él, fue rechazo absoluto social, de hecho muchos chicos que querían bailar se aliaron situándose cerca de él para animarnos a las chicas que le evitábamos, otro momento de "caballerosidad al rescate", fue un poco violento, pero bien llevado, a parte de ser el único "pero" de toda la noche), pero también una experiencia muy agradable a nivel psicológico, muy retador, te saca de la zona de confort con mucha diversión, me consta que no fui la única que sentía eso, había mucho chico con pinta de tímido bailando con gran habilidad. Me alegro mucho que me invitaran al plan de ayer, hemos quedado en repetir, pero también os invito a tod@s a que lo intentéis (y mira que una es más heavy que el viento, pero fue muy divertido).
Graaaciassss por el post. Maravilloso.
ResponderEliminarComo nos gustan las florecillas en las uñas ehhh jejeje
ResponderEliminarUn besazo guapa !
Jo que valiente!!!! Yo no puedo tolerar que mi espacio aéreo sea invadido por alguien que no pertenezca a mi círculo íntimo. Y de dejarme llevar...., de eso ni hablamos, mira que sola tengo ritmo y me muevo bien, pero si alguien intenta llevarme, me convierto en un bloque de hormigón de 1,80 mts. Me alegra que disfrutaras de la experiencia. Un abrazo!!!
ResponderEliminarMe ha encantado lo educativo de este post, eres capaz de aprender y enseñar tantas cosas en las circunstancias más diversas que siempre me sorprendes!
ResponderEliminarBESOS!
A mi este tipo de bailes me cargan bastante (por la música, no me va, sorry), pero sí que es cierto que, cuando se baila en pareja, o en grupo, pero que al final es en pareja, el ambiente es mucho más respetuoso de lo que parece, y, lo hagas mejor o peor, si te sueltas y te reljas, es todo más divertido y aprendes mucho, no ya de baile, sino de civismo, respeto, humanidad, solidaridad, compañerismo, y, por qué no, de ti misma.
ResponderEliminarPrecioso post.
Besos!
Un post maravilloso, Hellen. De cómo algo en principio incómodo puede, con un poco de humor y respeto, convertirse en una tarde genial. Buah, me ha encantado!!!
ResponderEliminarMe encanta q te hayas animado a ir a un bar donde dan clases!
ResponderEliminarYo cuando estaba sola en Madrid iba y me lo pasaba teta, por regla general la gente es super respetuosa y conoces a gente muy maja, al tener que cambiar todo el rato de pareja!
Fijate que yo he llegado a ir sola a clases y quedarme hasta las 6 de la mañana de party sin parar jajajaja! :D (cosa que jamás pensé que haría)
Besitos guapa!
www.eldiariodeshyris.blogspot.com
Pulpos everywhere...paciencia! Besotes!
ResponderEliminarLa flor preciosa!!!!!!
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