Hablando con Darcy siempre le hablo de mi disco en solitario de Paul McCartney, que es el Flaming pie y la coña de que, tras este disco, que fue un boom para los beatlemaniacos porque es un disco precioso que merece la pena sí o sí tener (independientemente que llegase a disco de oro), todos los discos posteriores han sido anunciados como "el nuevo Flaming Pie", como para animar a comprar los siguientes, pero todos los fans sabemos que nada es como el Flaming Pie... excepto otra copia exacta del Flaming Pie.
Total, que frikeando he pensado "oye, que debe hacer cosa así de unos 20-25 años del Flaming" y talmente, el día 5 de mayo hizo 20 años del Flaming Pie y quiero hablaros un poco de esta joyita, porque tiene una historia triste pero muy bonita detrás.
Contraportada del librito del CD
Este disco fue el 10 de Paul McCartney como solista, fuera de The Beatles y The Wings, las dos formaciones de su carrera y llevaba unos 4-5 años (ni lo voy a mirar, pero ahí le anda, siento ir de sobrada) que no grababa nada por una simple razón: su esposa Linda estaba luchando contra un cáncer.
Paul estaba ya muy marcado con la pérdida de su madre por un cáncer de pecho cuando era niño y fue un dolor terrible que le volcó en hacer todo lo posible para colaborar en la causa y apoyar proyectos de investigación. Así que cuando le dijeron que Linda estaba enferma, Paul y Linda lo pasaron fatal, como os podréis imaginar.
Paul y Linda han sido uno de los matrimonios más sólidos del Rock &Roll, en todo su matrimonio (29 años de casados y dos de noviazgo) sólo se separaron 11 días, a pesar de que vivían en dos pisos distintos de la misma casa (es lo que tiene ser millonario, que te puedes comprar una planta para ti, otra para tu pareja y otra para tus hijos), para desarrollar su arte de manera particular mientras el otro se encargaba de los niños. Y a ellos les funcionó.
El caso es que en 1995 no daban muy buenas noticias a la pareja y Linda, a pesar de intentarlo intensamente, no estaba ganando la batalla y para que el ánimo no decayese, decicieron volcarse en hacer un disco celebrando la vida, además iban a salir Anthologies, discos y material recopilatorio inédito de los Beatles, de ese que tanto nos gusta a los frikis del grupo y Paul decidió aprovechar el tirón para hacer algo particular. De hecho Flaming Pie viene de una anécdota sobre el nombre de The Beatles, que le apareció a John en un sueño sobre una tarta en llamas.
Con George, Jeff Lyne y Ringo
Así que decidió llamar a muchísimos amigos para hacer la grabación más divertida, como a George Harrison y a Ringo (quien también lo estaba pasando mal, ya que el hijo que tuvo con su primera mujer había muerto recientemente por un cáncer), antiguos colegas beatlelicos, a George Martin, antiguo productor y quinto Beatle de verdad, James, el hijo de Paul, y grabaciones antiguas de la propia Linda, pero además llamó a colegas como Jeff Lyne ( componente de E.L.O. y mago musical), Steve Miller (de la Steve Miller Band y otro mago), Geoff Emerik (un genio de las grabaciones, en serio, un genio!) y una orquesta preciosa que ameniza canciones como Beatiful Night, Sometimes, o Cálico Skies (canción que tiene que estar en mi boda sí o sí, y si no me caso... bueno, ya la meteré en algún momento importante de mi vida, porque lo mola todo).
El librito del CD, (porque es una cosa que las discográficas tienen que aprender, los melómanos, nos estudiamos los libritos de los CDs, así que currénselos, maldita sea!) está lleno de fotos preciosas de Linda, volviendo el trabajo muy familiar y muy bonito y mientras la crítica llevaba años diciendo que Paul había caído en la autocomplacencia y con este disco se estaba luciendo, el público estaba encantado, porque sabía que este disco era como una tarta casera donde queríamos sentarnos ante la mesa con los Maccartneys a comer algo y reirnos de los viejos tiempos.
El disco salió a la venta el 5 de mayo del 97, el 17 de abril del año siguiente, tras una dura batalla Linda nos dejó. Todos los beatlemaniacos nos quedamos destrozados, siempre fue muy especial y querida para nosotros.
Todos hablaron maravillas de las sesiones de grabación, hubo mucha buena música, mucho feeling, pero sobre todo, mucho amor y eso, en un disco es palpable. Si queréis oirlo, Youtube tiene varias listas de reproducción (os dejo esta, mismamente), pero si queréis algo más poco escuchado, hay bottlegs (grabaciones inéditas de baja calidad, pero reales y no oficiales) de la grabación, os invito a buscar con el nombre de Flaming Pie Outtakes.
Es un disco que me recuerda a domingos por la mañana de tranqui, a conducir por la carretera de buen rollo, a vida en el campo, a días soleados y cosas bonitas de la vida, como la gente que te importa. Pero también a introspección, como Little Willow, canción dedicada a Linda.
Lo habíais oído? Y si es así: os ha gustado?
Es un disco que me recuerda a domingos por la mañana de tranqui, a conducir por la carretera de buen rollo, a vida en el campo, a días soleados y cosas bonitas de la vida, como la gente que te importa. Pero también a introspección, como Little Willow, canción dedicada a Linda.
Lo habíais oído? Y si es así: os ha gustado?
No lo conocía.
ResponderEliminarCuriosamente, cumple años cuando yo, aunque es bastante más joven XD
Un besazo!
No lo conocía, pero me parece un homenaje precioso cuando aún Linda podía disfrutarlo, aunque se marchara poco después.
ResponderEliminarBesos!
Me encanta Paul en solitario, aunque siempre he escuchado canciones sueltas, a lo mejor alguna de mis canciones favoritas pertenecen a este álbum, voy a bichear por Internet .
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