La semana que viene os haré un post de cositas que me generan hype este otoño.
Primero: gracias a todas las personas humanas por la preocupación esta semana, debería estar mejor y no estoy como debería, así que tendré que volver a la doctora. A ver qué pasa.
Y ahora el lío: Este mes se celebra el mes contra el suicidio y quiero hablar de una experiencia a título personal que no sé si podrá servir a alguien, pero bueno. Quiero dar este mensaje a todas esas personas que de manera profesional o no profesional, siempre son el consuelo de otras personas. Los que escuchan. Los cuidadores formales o informales.
La cosa es que pedir ayuda y tener apoyo psicológico es algo que puede ser necesario, no puedo más que decir que todos estamos en el mismo barco y siempre hay alguien que te puede escuchar. Pero escuchar de verdad. Y para eso hay que comunicar.
Primeramente quiero hablar desde la buena intención y desde el buen rollo, lo que voy a contar en ningún caso es para echar mierda a nadie, simplemente es una vivencia que es la que es, no es para dañar a nadie. Más bien es todo lo contrario, quiero creer que mi manera de actuar ayudó a malinterpretar cómo vivía y fue caldo de cultivo de algo que me hizo daño.
Y desde luego no estoy en modo pro. Este es un mensaje informal, como cantaba Police "espero que alguien lea mi mensaje en la botella".
A veces, hay personas que aprenden a callar cosas con el tiempo, a escuchar a los demás, a priorizar al resto, porque se han encontrado rodeadas de gente que no han sabido interpretar que las personas que son consuelo, también necesitan apoyo y que cualquier apoyo no es válido: si te duele la tripa no te vale de nada una pastilla para la garganta. Sólo que la gente no sabe que te duele la tripa ni la garganta. Uno se da cuenta cuando la otra persona recibe el comentario constantemente de "oye, y tú como estas que nunca te cuentas nada?".
La cosa es que cuando piden ayuda siempre los demás tienen otras cosas y aprenden a seguir solos: todos tienen momentos de estar mal y alguien aparece llorando o con verbalizando su malestar y respiran profundo y se comen su daño. O alguien les dice que lo suyo no es tan importante o se enfadan porque no saben como manejar la angustia de ver a alguien a quien no saben cómo sacar de ahí. O hacen como que el dolor no es tal y puede esperar. Y el problema es que se vuelven expertos en camuflaje y en fingir que las cosas van bien cuando no es así. El fake it until you make it no funciona con esas personas, porque ellas ya fingen estar bien y lo único que consiguen es estar solas en lo público y nunca consiguen estar bien. Es más, adquieren tal nivel de camuflaje que muchas veces se las critica por su frialdad, porque no dejan ver como por dentro están huecas. A esas personas no les pasa nada, porque sino, se les notaría (SPOILER: ni de coña vas a detectar a una de estas personas en un mal día). Y digo huecas porque es la sensación que desarrollé en un momento (por aquello que ya comenté de la anhedonia) y nos puede pasar a todos.
La idea que creo que se establece con las "personas que consuelan a todo el mundo" es que cuando estan mal, alguien irá a ayudarlas. Alguien que no eres tú porque ya has quedado, alguien que no es el otro, porque tiene mal día. Alguien que no es su amiga porque está de viaje. Alguien con quién sabe que no puede hablar porque le juzgará o le contará a otra persona lo que vive como un salseo. Alguien que no es su familia porque tienen otro nivel comunicativo. Alguien... que al final no es nadie. Y no se quejan, porque total, si ellos pueden soportarlo es que los demás tienen a alguien que eres tú, pero tú estas para eso, porque los seres queridos estan para eso, pero da igual, contigo da igual. Porque estas personas se reconocen porque en las crisis, literalmente no hay nadie al otro lado.
Curioso que, sin embargo, estas personas están hasta para cogerte el teléfono a las 3 de la mañana. Pero no hay nadie a las 5 de la tarde para ellas.
Y un día te llega alguien experto y te explica que lo que has hecho es fuerte, pero no fuerte como subir a un cuarto piso para salvar a alguien de un incendio o fuerte como defenderte de un atacante por la noche con una patada a lo Karate Kid. No. Más bien fuerte como pegarle un trago a una botella de aguarrás y soportar la abrasión interna sin quejarte: algo dañino y doloroso, que no sólo no ayuda a nadie, sino que te perjudica y no te quejas.
Porque nadie puede oírte si no dices nada. Nadie sabe que te duele si no te quejas. Nadie sabe dónde te duele si no lo explicas. Y si lo explicas y no te oyen, ahí no es. Lo que no se nombra, no existe.
Y ahí el desafío es que tienes que hablar. Y no sabes por dónde empezar, no sabes hablar de tí, porque como te digo cuando has compartido se te ha juzgado o malinterpretado. O no debía ser para tanto y ya se te pasará. O te dan consejos no pedidos cuando sólo quieres que te escuchen... Y al principio sigues con la idea de " y para qué? Da igual".
Pero un día tu terapeuta te dice que se acabó y te da una pelotita de corchopan. Una pelotita que tienes que llevar en el bolsillo siempre, lo cual es complicado porque eres mujer y muchas prendas NO TIENEN BOLSILLOS. Y la cambias por una goma de pelo en tu muñeca preferiblemente molesta y algo apretada. Y a tu experto le parece bien, mejor si molesta y te recuerda que tienes una misión contigo misma. Una goma que te recuerde que tienes que aprender a hablar de lo que sientes y te molesta. De lo que te duele. Del agujero negro que tienes dentro.
Y hablar de uno da dolor, es un proceso desordenado y caótico porque empiezan a sangrar todas las heridas a la vez, e incluso, es difícil hacerlo sin llorar. Pueden pasar años hasta que lo hagas con entereza y que experimentes muchas emociones distintas en el proceso, que te des cuenta de cosas que no te van a gustar pero te van a servir y que no todo lo que pensabas sobre tí y sobre tu entorno está tan claro. Habrá veces que no puedas ver ciertas películas o leer libros o escuchar canciones porque te van a remover muchísimo en tu proceso. Ydías en los que vas a estar muy mal por esto. Pero no puedes sanar sin sacar el pus (siento la analogía escatológica). Porque tú tampoco te has merecido ser invisible y haber vivido ciertas clases de dolor. Tú no te has merecido estar en soledad rodeado de gente que no te ve, incluso cuando has dicho las cosas. Tú no te mereces sentir que no hay nadie para tí y sólo estás tú.
Lo que eres y tienes dentro, importa.
Y en ese momento puedes empezar a sentirte con derecho (que no bien) con las personas que manejaran este cambio de manera positiva o como puedan, las personas que se van a ir cuando hables (porque se irán), las personas de las que tú te irás, porque no serán dignas de confianza y con el hecho de que tú estés también accesible para tí, para salvarte cuando tú lo necesites, porque sí importa y no da igual. Habrá días que, incluso, no podrás decir nada todavía porque estarás sobrepasado/a/e, pero al menos podrás decir "no estoy bien" a la persona adecuada y eso está bien.
Así que lo único que puedo decir a las personas que han estado ahí es que hablen, que comuniquen, que sí importa lo que tienen que decir, que su dolor no debería hacer sentir mal a nadie si no es por empatía, sí tienen permiso para hablar y sentirse mal y siempre, siempre, se encuentra a alguien que escucha. Porque las personas que estamos ahí también tenemos a nuestras personas que están ahí, sólo hay que buscarlas.
Y quiero mandar un abrazo para esas personas que, sean cuidadoras o no, tienen dificultades para comunicar lo que sienten y se sienten incomprendidas. Y por favor, hablad, comunicad, siempre habrá alguien a quien no le dé igual. Siempre.
Y esto es todo. Espero que estéis empezando bien la semana.
"Y ahí el desafío es que tienes que hablar. Y no sabes por dónde empezar, no sabes hablar de tí, porque como te digo cuando has compartido se te ha juzgado o malinterpretado".
ResponderEliminarTremenda verdad.
Al volver a terapia no sabía cómo hacerlo y siempre voy con un cuadernillo dedicado a ello. Lo esquemático todo para no dejarme nada. Que se centren en lo que resulte relevante porque si me abro estoy ocho horas.
Eso en cuanto a terapia. ¿Con tu círculo? La cosa se complica.
Alguien me dijo una vez que el mejor consejo es el que nunca has pedido y aplicado a éstos casos es un arma de doble filo. O te funciona o te deja pensando y te hace una herida más profunda.
Sea lo que sea, no todo el mundo ni sirve ni vale para la escucha. Porque eso no se estudia: se trabaja.
🤗🤗🤗🤗🤗
EliminarGracias por escribir posts como éste, de verdad. Ayudas mucho y eres muy generosa compartiendo tus experiencias e ideas. Yo tengo la suerte de contar con amigos (sobre todo amigas) con las que me puedo desahogar de vez en cuando, pero aun así me cuesta porque no nos han enseñado a hacerlo. Y bueno, sé que debería ir a terapia (creo que casi todos deberíamos hacerlo) pero nunca encuentro el momento, no me sobra el dinero, no me apetece colgarle a nadie el marrón de cuidar a mis hijos el rato que estaría en terapia porque quien tendría que hacerlo está peor que yo... Total, que como soy más bruta que un arado tiro p'alante y lo voy posponiendo. Me da un poco de miedo porque lo mismo el día que vaya por fin a terapia lo voy a soltar todo en tromba y tengo miedo de perder el control, la verdad. Pero cuanto más lo deje peor será, así que... En fin, algún día.
ResponderEliminarEspero que te mejores pronto, porque vaya puñeta. Un abrazo muy fuerte. Ah, y me encanta la manicura.
Me ha encantado tu post, Hellen. Maravilloso, en cuanto tenga un rato lo comparto porque tienes toda la razón (y creo que debería hacer un vídeo inspirada por ti).
ResponderEliminarBesitos.
Ha llegado un momento en que ya no te estaba leyendo, te estaba escuchando, y al llegar al final no podía decirte nada, sólo darte un abrazo.
ResponderEliminarEl tema está en darnos cuenta de que que que cuida, a la primera persona que debe cuidar es a sí mismo. Y aprender a poner límites, a no dejar que el exterior nos desgaste, a priorizarnos a nosotras y nuestro bienestar, y a saber soltar a esas personas que sólo nos usan como vertedero emocional (y que luego nos tachan de egoístas, curiosamente)
Un abrazo fuerte, y gracias por este post tan necesario.
Salgo aquí y mira, sí a todo, a TODO. Gracias por este post, Hellen. 💜💜
ResponderEliminarMe uno a la felicitaciones' gran post, como siempre valiente y sabio.
ResponderEliminarVengo desde el blog de Noelia Cano.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho lo que nos has contado y cómo lo has hecho.
Yo a ciertas personas no puedo ayudarlas, y me sabe mal, pero es que además de no tener herramientas después sería yo la que necesitaría ayuda porque no sabría cómo gestionar el dolor de esas personas.
Es angustioso sentir que necesitas cierto tipo de ayuda y a la vez saber que tú no podrías ofrecer esa misma ayuda a los demás.
Besos.