Y aunque muchas os oleis la tostada es esta.
"Es mentalizarce y quererce de verdad. Sano. Ese cuerpo. Tené potencia. Ser feliz. Quererte tu mismo a quererte tu mucho, porque quieres también
al que tienes a tu lado y todo sale de verdá de deporte".
Los problemas de autoestima que veo en nuestra sociedad actual empiezan a ser preocupantes, porque en esta sociedad del gustar a los demás terminamos intentando gustar a todos, menos a nosotros mismos. Y el gustarte no reside en usar pote ni nada, sino en quererse de verdad y en no dejarse a uno mismo hacer idioteces que no le dejarias a tu mejor amigo, es tratarse con respeto.
A tu mejor amigo no le dejarias cogerse una curda de esas de coma etílico, o no pondrías sonrisa de paraguas cuando ves que se lía con alguien que le va a usar y no le quiere de verdad, o no le quiere bien, o no le dejarías que pasase dos días con un dolor en el cuerpo muy duro, sin embargo a nosotros mismos nos hacemos una gamberradas basandonos en el principio de que la confianza da asco y con uno mismo, much more.
Es una tontería pero el tener estos días un poco de trabajo me ha ayudado a volver a la dinámica de la autocrítica con mi trabajo, he de decir que soy muy de esforzarme, pero a veces, los primeros dias de una nueva tarea, no sé en qué dirección y los primeros días son de mucho trabajo a veces perdido o infructuoso, porque no está bien canalizado, el sentir que la crítica, aunque esté mal expresada, tiene que ir a tu crecimiento personal, sobre todo si está mal expresada es un ejercicio no sólo de autocontrol y de no matar al mensajero, sino de saber interpretar porque te dicen lo que te dicen.
Crítica typical Spanish
En España la crítica se expresa fatal, no siempre de manera constructiva, y muchas veces bajo el prisma de tener a alguien controlando lo que haces por encima del hombro. A veces ni se expresa, como cuando no corregimos a alguien por miedo a que se lo tome a mal. Es mucha presión innecesaria, porque así es más probable que el trabajo realizado sea más infructuoso. Sentirse cabreado despues de eso, es lo fácil, la frustración de ser tratado como un niño pequeño es importante, peeeero, la persona de autoestima fuerte, o por lo menos que se quiere poco pero decentemente y de verdad, intenta que eso no le destruya, todo lo contrario, examina qué quería decir con esa crítica el otro interlocutor.
Si se tiene paciencia es posible encontrar lo que unos quieren decir y aprender. Creo que en esta época de crisis, esto es muy fácil, los políticos no dan toda la información y los ciudadanos expresan muchas veces la crítica en forma de insulto, entre otras cosas porque los que expresan la crítica bien tampoco son escuchados.
Lo que quiere decir que la crítica en sí es aceptada sólo por los valientes, los que no tienen miedo a crecer, a ser mejores y a vivir mejor. El verbalizar si esa crítica ha sido expresada de manera constructiva y positiva, es otro punto que el Cordobes resume como "quiere también al que quieres a tu lado", porque muchas veces el fallo no está en la intención, sino en la comunicación en sí misma, uno a veces no sabe decir las cosas bien, porque no ha sabido en su momento como, estaba nervioso o simplemente no ha tenido un modelo de como hacerlo. Ahí está también la confianza en el otro, si es sincera, uno le dará una oportunidad antes de ofenderse, si la confianza no es fuerte, o uno conoce mucho el carácter del otro (porque hay gente que si dice las cosas para ofender porque tiene prontos muy fuertes), cada uno valorará si lo que dice tiene transcendencia o no.
Pero obviamente, nadie puede creer en quien no cree en sí mismo, y uno no puede dar amor de calidad, si no se quiere con calidad. Efectivamente, nuestra crisis amigos, no es sólo económicas, sino de valores con cada uno hacia sí mismo.
Es un pensamiento paralelo de domingo por la noche, pasad buen domingo.
A mí, las críticas me encantan, pero que sean constructivas y no dañinas. Doy la oportunidad de la explicación o "paso" si la crítica viene a herir, la verdad.
ResponderEliminarHay veces que me explico fatal y eso lo veo en la cara del receptor e intento autocorregirme lo antes posible.
El diálogo lo es todo.
Buen pensamiento dominguero =)
Lo primero es creer en uno mismo y tener autoestima! besos
ResponderEliminarY yo que pensaba que no había nada que me interesase para hacer el doctorado...¡¡Hago el doctorado del cordobés!! jajaja
ResponderEliminarPero sí, tienes razón, la verdad. Muchas veces se prefiere criticar a la espalda que esforzarse un poco en formular una crítica con tacto y de forma constructiva. Y es una pena, porque con la mejora de una presona ganamos todos.
Tu ya sabes que a mi estos temas me encantan, y opino como tú, que tenemos dos problemas:
ResponderEliminara) la cantidad de gente con historias de autoestima, y ya no solo con consecuencias de sábado por la noche, sino en el curro, de tipo profesional, por toma de deicsiones erróneas basadas en esa falta de fe en uno mismo.
b) La poca costumbre de hacer/aceptar críticas BIEN hechas, que cuesta tanto atreverse a elaborarlas/decirlas, como digerirlas...habría que trabajar esto pero que mucho, pero la verdad está la educación como para una asignatura nueva tipo "Cordobés" ;)
BESOS!
Es una buena reflexión.
ResponderEliminarTambién hay que tener en cuenta que la persona que no se siente bien consigo misma suele estar a la defensiva y, aunque haya quien le quiera ayudar a mejorar a través de una crítica constructiva, a veces prefiere callarse por no llevarse una mala contestación, y así lo que se hacía mal, se sigue haciendo mal, ...y no todo vale.
Lo de tener o no tacto, puess...se aprende. Si uno quiere, aprende.
El problema es que estamos haciendo fast food hasta el lenguaje.
Un día una amiga colombiana me explicaba que aquí, en España, cuando no entendemos al otro le soltamos un ¿qué? como si tal cosa, y eso allí es considerado incluso de mala educación (vale que en todas partes hay de todo, pero estoy con la forma del lenguaje)
Todo es poner cada uno, esté en el lado que esté, de su parte, aflojar los nervios, que los tenemos a flor de piel, e intentar escuchar al otro, y, si el discurso es árido, intentar no seguir esa dinámica, sino echarle azúcar y usar un lenguaje incluso más amable.
Cuanto más grite el otro, baja más tú la voz. Llegará un punto en el que deje de gritar e incluso hable más suave que tú ;)
Un beso!