miércoles, 7 de mayo de 2014

Eurovisión: 1ª Semifinal

Ayer se disputó la primera semifinal de Eurovisión, con la consecuente apertura del certamen, que se ha adelantado para evitar que coincida con las elecciones europeas (si está todo pensado y todo). Celebrada en Copenhague, el escenario presentó un espacio con agua y formas estructurales de cubo que dieron un aspecto muy futurista al evento.

La actuación del comienzo fue, lógicamente, con la ganadora del año pasado que no sabemos muy bien qué leches se ha hecho en la cara (tiene pinta de botox antes de tiempo), Emilie Forrest apareció sin zapatos de nuevo y con un vestido como de harapos de serpiente muy raro, eso sí, el pelo y el maquillaje impolutos. A parte su actuación empezó con una entradilla montada con coros de su canción hechos con videos de gente europea del youtube, que estas cosas gustan mucho en Eurovisión, primero porque te ahorras el traer a gente al certamen, que es una pasta, segundo, porque siempre hace mucha ilusión verte desde casa con los colegas.  Y después Emilie apareció con un coro de chavales, que también es muy del gusto eurovisivo, porque recordemos, este es un concurso para toda la familia.

Y dicho esto, empieza la ensalada de despropósitos:

-Armenia. La favorita en las porras y apuestas de internet tuvo el trago de abrir eurovisión con un traje bastante correcto y una expresión corporal muy cuidada, eso sí, coreo cero patatero, se movió menos que el Pensador de Rodin en un after. El factor impresionante lo puso los efectos especiales, con llamaradas y videos de fogonazos tras un fondo muy bonito de estrellas. Y pasó obviamente a la final.


-Letonia apareció como si fuera a cantar en la línea 10 de metro de Madrid, las ropas fueron hippies y sencillas, menos las de la chica, con calcetines y tacones (arreglá pero informal) y un par de jilgueritos de colores en el pelo (vamos, pájaros en la cabeza, que se suele decir), eso sí, de las mejor maquilladas de la noche, muy original y muy guapa en ese sentido. Vendieron su cake to bake con mucho ritmo y buen rollo, pero no el suficiente para clasificarse. Nos lo temíamos.


-Estonia. Lo de Estonia fue el gran atraco de la noche, señoras y señores míos. Sabemos que este es un concurso en el que prima la canción sobre el baile, pero es que la muchacha, aunque el traje no era de lo más favorecedor (le aplastaba el culo y le hacía unas hechuras raras de narices), la chica demostró un control de la voz increíble al hacer semejante coreografía con un chorro de voz importante, y sin desafinar. Estonia merecía ir a la final y lo tengo que recalcar.


-Suecia era otra que sabíamos que se iba a colar en la final, porque es la segunda en apuestas y la favorita en Divinity. Con un vestido negro corto sobrio con encaje de flores y un maquillaje negro ahumado, la cantante sueca estaba espléndida y, aunque la voz se la empieza a notar cascadilla, hizo su interpretación con mucho sentimiento y eso nadie se lo puede quitar. Parece que el público del evento la ve como favorita, y de momento, Europa la respalda.


-Islandia. Yo soy muy proIslandia, 3 profesores de colegio y un diputado islandés montan un grupo con los colores del Sargent Pepper, invitan a dos colegas barbudos a hacer los coros y tan contentos marchan a eurovisión a cantar que es mucho mejor el mundo si no se discrimina. Y aunque me hubiese gustado que hubiesen interactuado más con el público, les hubiesen hecho dar palmas, o saltar o cantar… no lo hicieron. Y el tema daba para ello, pero Europa, contra todo pronóstico (lo cual me chifla), dijo que Islandia tenía que estar en la final, porque tanta balada se hace infumable y yo, en este sentido, respaldo a Europa. Islandia es un tema de la final.


-Albania. La Shakira de los Balcanes se ha colado en la final. Albania tuvo una puesta en escena muy sencilla, y su look no fue tampoco el más acertado, el vestido, de encaje en blanco hueso, hacía más pálida a la cantante, que eligió un ahumado en tonos caldera que le quedaba fatal y con un pelo muy brillante, pero poco original, de hecho las chicas de los coros iban mejor. Su interpretación, excepto una salida de tono, fue correcta. Yo no la hubiese pasado, pero a Europa le ha gustado… qué le vamos a hacer.


-Rusia. Sabemos que el momento político de Rusia no es que sea precisamente muy festivalero, pero por eso mismo las hermanas se han currado una puesta en escena muy chula que marcará una máxima del festival. Si otros años las actuaciones se copian las unas de las otras por algún elemento, este año, las tendencias son de elementos circenses. Y las rusas empezaron con una perfomance sobre un balancín unidas por el pelo, lo cual está muy original. Su estilismo fue muy bonito, con trajes en color maquillaje y con una interpretación muy limpia que a la gente gustó. Y a pesar de eso, se las pitó cuando se anunció su pase a la final. Supongo que por movidas políticas se pensaba que se evitarían conflictos y se las dejaría fuera, porque sabemos que este concurso es muy de politiqueo, pero seamos sinceros, la canción pesa y mucho y Rusia merecía estar en la final le pese a quien le pese. Supongo que las risas empezaran en las votaciones de Ucrania a Rusia y viceversa.


-Azerbajan. La canción bien, con una chica en un columpio, también muy bien, las imágenes del fondo mejorables y pelazo de la chica, el traje rojo con encaje de flores… mejorable y el maquillaje nude… fatal, pegaba más un smokey con labios nude, o un pin up de labios nude, pero efecto cara lavada, mal fatal. Pero también se coló porque la interpretación fue de las mejores de ayer.


-Ucrania, la única que ha ido a una escuela de circo, también metió un elemento de circo. El look más impresionante de la noche lo llevaba ella, el mejor pelazo, el look en smokey, el vestido largo pero muy sexy y un hombre en una rueda gigante de hámster, en la que la muchacha se encaramó y los falsetes, que eran el desafío vocal de su actuación los clavó. Hubiese sido un crimen contra la humanidad no haberla metido en la final, y Europa no está para más conflictos: Ucrania lo consiguió.


-Bélgica. Jose María Íñigo no está hecho para eurovisión, comenta los temas de las canciones sin pasión, ni siquiera con afición, te vende la moto y encima no explica bien las cosas. Sí, me ofrezco para ir a Eurovisión, soy apolítica, de hecho soy caótica neutral, dejénme ir, narices! El caso es que Jose María Íñigo dijo que el final de esta canción sería especial. Todo lo especial que tiene ver a un señor de frac cantando a su madre con un fondo que parece un edredón hippy y una señora que parece que canta Ay quien maneja quien (que a la deriva me lleva, quien). El final de impresión es que la mujer, que se supone que simboliza a la madre del señor, se medio abraza con él. Vamos, estoy en shock Íñigo, todavía no lo he superado… El muchacho le echó un sentimiento desmedido, pero la performance de la mujer con camisa de chorreras negra, la falda de flamenco y el peinado del moño era más de la Casa de Bernarda Alba, el musical flamenco, que de una actuación de eurovisión. Se quedó en el camino. Mira que os aviso que estas cosas las puntúa mucho la gente…


-Moldavia. Una canción que sonaba a entradilla de James Bond es interpretada con un traje entre Daeneris de la Tormenta y Juana de Arco, medio vestido, medio armadura, lo cual es original y chulo, pero cuando tienes a unos bailarines en taparrabos con cara de desnutridos, pareces Daeneris en la época de hambruna (no hago spoilers, cada uno que vea/lea Juegos de Tronos cuando quiera), la que no arde, la madre de los dragones, la desnutre Dothrakis… Además el gesto final de “rebeldía” en plan de “si Daeneris se quema el pelo, yo me arranco las extensiones” más que rebeldía, es de cabreo con el estilista. Un despropósito que, gracias a los Viejos Dioses, sobre todo a la Madre, no pasó a la final.


-San Marino. Los medios clasifican que Valentina se colase como un campanazo, más que campanazo yo lo considero momento mariano, es más, no es dar la campanada, es coger la campana más grande del mundo y tocarla a cañonazos. Se cree que el Vaticano tomará manos en el asunto, porque es un milagro de los de libro. Valentina se subió a una concha, en plan Venus de Boticceli, en plan si Lady Gaga puede tener su momento Venus, yo también y sin anunciar cuchillas para las piernas a lo J.Lo,  con un vestido- camisón, con un maquillaje y un peinado francamente mejorables. La voz bien, correcta, la canción, bueno, ya sabemos que no da mucho de sí, y lo más destacable fue la originalidad de los efectos especiales, pero en sí, el tema no daba para estar en la final. Ella lo sabe, los jueces lo saben, Europa lo sabe, hasta Lady Gaga lo sabe.


-Portugal: nuestros vecinos tenían dos escoyos, el primero la fusión entre lambada y Enya que supone su canción, que no tiene muchos defensores, y segundo, la performance que no tiene ni pies ni cabeza. Aparece la muchacha con un vestido rollo patinadora sobre hielo con flores rojas, y con un maquillaje y pelo estupendos, y los colegas medio de indios del amazonas, medio de chulazos de la pradera con los bombos del irlandés del año pasado… Europa tampoco le pilló el punto y la mayoría de los comentarios es que, aunque la chica cantó superbien, la canción era un asco. Y no se clasificó


-Países Bajos. Sigo sin verle el encanto a Eurovisión de llevar este tipo de canciones a la final. El año pasado nos colaron el bodrio mañanero de Anouk, y este a la pareja country somnolienta. Ella iba vestida de Reese Witherspoon en la cuerda floja, cuando interpreta a June Carter y el chaval, parecía una versión con strass de Bob Dylan. Decir que, al menos ella iba muy mona. La interpretación fue sencilla, íntima y muy correcta, pero en serio, eurovisión todo el mundo sabe que no es ni gafapasta, ni para pensar, es mejor cuando es hortera de la era. Y esto es soporífero. Pero se volvieron a colar en la final. Nos la volvieron a colar, mejor dicho.



-Montenegro. Otro que pensábamos que no pasaría el corte y lo pasó. De la gala el caballero más elegante, sin duda, con el mejor traje de chaqueta y una patinadora sobre ruedas (la versión olímpica y en hielo la vimos a Rusia hace unos cuantos años, con Dima Bilan). Sin embargo, el que la chica se moviese vestida de angelito por toda la pasarela deleitando con su gracia al personal y la voz potente del muchacho cantando sobre su amor debió conmover al personal, que consiguió que, por primera vez, este país se colase en la final. Una buena elección dentro del mundo baladas



-Hungría. Maldito Íñigo que nos la volvió a vender: “una niña maltrata recrimina a su madre que deje que su padre las maltrate, el final os va a sorprender”. La cosa es que vemos a un chaval que está sentado en una silla y se levanta tirando la silla, una pareja que hace una coreo como si él la golpease, que resulta bastante impactante pero muy bien ejecutado y al final, el cantante se interpone entre el hombre y la mujer y poniendo una mano en plan “para”, detiene al hombre. Vaya… impresionante… no sé como no me está sangrando la nariz de la impresión. La ropa parece de la sección de básicos del Primark (camiseta negra y pantalones negros), la voz se le piró un poco… merecía estar en la final? No tanto como Estonia, la verdad.

Y esto es lo que nos deparó la noche, a parte de un montón de anuncios sobre el nuevo libro de guinness de eurovisión… otra cosa que quieren vender, debe ser que lo de los discos no funciona muy bien.

2 comentarios:

  1. Me encanta que nos analices los looks también a la vez que la interpretación! (Y me parto de risa de paso jajaja).
    BESOS!

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  2. Tita Hellen a Eurovisión YAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!
    Vamos, como que yo vería las semifinales si las retransmitieras tú.

    Besos, guapa!

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