He encontrado un fondo muy chulo para las fotos que creo que pega mucho con el fondo del blog, es goma eva con purpurina. Qué os parece? Queda original, y da idea de uniformidad. Pequeños cambios pueden hacer el entorno más agradable.
El look de uñas es el Pied de Poule de Dior con el 374 de Kiko, que es ese marrón oscuro metalizado casi negro de Kiko y el 10 de glitter de Yes Love, que da una imagen otoñal a la par que prehalloweenera.
Esta semana se ha hecho viral un movimiento que se llama #YoTambién o #MeToo, encabezado por Alyssa Milano, en el que pedía que si las mujeres habían sufrido algún tipo de discriminación, abuso, insulto o acoso lo compartiesen. Y es doloroso ver las de historias que se han compartido. Y lo peor es los comentarios de trolls y otros subseres que se han quejado de que si somos quisquillosas, que si nos lo tomamos a mal, que si tenemos la regla, que si somos unas androfóbicas (el otro día un troll me llamó feminista androfóbica, no le mandé a la RAE a consultar lo que me había dicho porque con normalizadores de machismo no me hablo).
Y yo no he compartido las mías, al menos, no las peores. Pero había chicas compartiendo su primer recuerdo desagradable sobre ello y me planteé cual fue mi primer recuerdo de abuso sexista sufrido, recordé dos en concreto que me hacen pensar lo vulnerables que son los menores. Mi primer colegio estaba en un cuartel de la guardia civil, en los 80 estar en un cuartel no era agradable porque cada dos por tres teníamos atentado de bomba, la mayoría eran llamadas de niños para evitar exámenes pero daba igual. Me sacaron porque se corrió la voz de que, supuestamente, el hijo de un alto mando de guardia civil había estado abusando de niñas más pequeñas. Yo tenía unos 8 años, así que lo que los avisos de bomba no lograron lo consiguieron los abusos tapados en el colegio. Y llegué a un nuevo colegio donde los niños estaban bastante más espabilados que yo. Llevaba 3 días y un niño dijo que yo le gustaba. Pero él a mi no. Entre otras cosas porque no entendía todo aquello de gustarse y no gustarse. El caso es que, un mes después de llegar, a través de otros niños me pidió un beso, me arrinconaron sola, sin que nadie hiciese nada y dije que no.
Fue un día a la salida del colegio, no me dejaron salir porque él y sus amigos me hicieron corrillo para que le besase. Nadie me tocó un pelo, sólo un grupo de chicos de los que no sabía ni el nombre casi en torno a mi. Pero tanta presión sobre mi me tenía muy asustada, porque eres una chica contra todos y no sabes qué va a pasar y al final, sin beso ni nada, me dejaron irme, con un "dejadla, que se va a poner a llorar". Y sí, me fui llorando, tenía mucho miedo y estaba asustadísima. Y no lo conté en casa, porque tenía miedo de que el decirlo me metiese en más problemas, porque los padres te protegen, pero hay momentos en el colegio en el que estás solo. No sabía qué había hecho para que me hiciesen sentir como si hubiese hecho algo malo.
En ese mismo colegio, cuando los chicos aprendieron que no iba allí a dar besos a nadie (y en el proceso uno se llevó de regalo el tomo A de la enciclopedia británica en la cabeza) con 14 años había un profesor de gimnasia que nos daba a todas las niñas un asco a nivel estratosférico. Los profesores intentaban "controlar" al individuo, pero nunca se les controla del todo. Pero era un tipo muy desagradable y sexista que nos hacía correr en mallot de gimnasia rítmica por el patio, lo que comporta correr sin sujetador. Claro, con 14 años hay niñas muy poco formadas, pero otras sí lo estaban y correr sin sujetador es sobretodo, doloroso, pero le daba igual, la prenda de licra nos marcaba todo. El caso es que un día, mandó primero a los chicos al patio y nos dejó a todas las chicas en clase y se puso en la puerta. A cada chica le pegó un azote en el culo. Ninguna dijo nada, porque nadie quería meterse en líos, teníamos 14 años, sabíamos que significaba eso. A mi no me lo dió, porque hice lo mismo que había echo en miles de excursiones a El Escorial con la catequesis, las catequistas llevaban una cuerda de saltar, y tu tenías que cruzar la cuerda sin ser tocada. El truco era seguir la cuerda con ritmo y canturrear aquello de "1,2 yyyy3, ahoraaa me deboooo de meteeeer"... vale, es debo meterme, pero funcionaba, y me sirvió para cruzar cuerdas mil y aquella puerta sin ser tocada, pero aquello era abusivo. Una niña de 14 años no debería estar haciendo gala de lo aprendido para saltar a la comba para librarse del abuso de un profesor, una niña no debería estar huyendo del sobeteo de un profesor, que está para formar, no para toquetear. Tocar el culo a una alumna no es profesional, tocárselo a todas las alumnas es ser un cerdo sistemático.
Tardaron mucho en echarle, por lo que sé. Muchas madres lo sabían, no se tomaron medidas durante mucho tiempo como veís. Crecimos en un ambiente donde tocarte por ser chica se normalizó. A pesar de que te enseñaban que si un desconocido te atacaba, te defendieses. Pero nadie te dijo nada de los conocidos que te dejaban en shock cuando se pasaban tres pueblos.
Lo que quiero decir es que mi historia empezó con 9 años y no creo que ninguno (o casi, porque hace un tiempo me escribió aquel chico que se coló por mi al facebook pidiendome perdón si me hizo daño en el colegio, lo cual no me hizo sentir mejor por aquello, pero sí pensar en el poder del cambio y alegrarme por él) de ellos se sintiese mal, porque "sólo era un beso" entienda lo desagradable que es. Tampoco creo que ese profesor tuviese muy claro que aquello era un claro abuso a las menores, que se tomaba confianzas que no correspondían y que la integridad de una menor nace del respeto a su físico, si quienes deben formarla no la forman en el respeto a su integridad, vamos muy mal. Nos enseñaron a no contestar a un mayor, pero nadie nos dijo que podíamos decir no en estas situaciones, y decirlo desde pequeños es vital para evitar la indefensión.
Hace poco oí la superfrase de "no le digas nunca a una mujer lo que no le dirías a otro hombre en las duchas de una cárcel" y aunque no es la panacea, porque se nos debería respetar porque somos la mitad de la población, creo que como ejercicio de empatía no está mal para empezar con los más machistas, por aquello de que el contacto forzado o contra la voluntad nunca es agradable, aunque sea un beso o una frase. Es desagradable y violento. Si a ellos no les mola que un tipo peludo desnudo se lo diga a mi tampoco.
Lo bueno tambien de este hashtag es el hecho de que en #MeToo también han salido chicos contando los abusos recibidos, y muchos de ellos, siendo menores. La vulnerabilidad de los menores, niñas y niños es tremenda y tenemos que formarles en el autoconcepto y en negarse tanto con conocidos como con desconocidos a que vulneren su intimidad. #MeToo está siendo no sólo un hashtag para hablar de la indefensión de las mujeres, es para sacar a víctimas de sexismo y abusos de un armario terrible de infensión. Así es como se genera sororidad y un entorno más justo.
Lo de la ducha me sobra mucho. Me suena a hembrismo, porque digo yo que no todos los hombres que están en la cárcel violan a otros en las duchas.
ResponderEliminarPero vamos, quitado eso, totalmente de acuerdo en que el me too es desgraciadamente común. Pero mucho: dudo que haya muchas mujeres que puedan decir que ellas, nunca, han sufrido un abuso sexista. Yo tendría unos 12 años y no era de mi edad, sino casi un abuelete...figúrate.
Un besito!
Estoy con Gaby, me sobra un poquito esa frase. Pero me encanta la iniciativa y la manicura y me ha encantado este post.
ResponderEliminarYo he crecido en un colegio de chicas, uno de los que nosotros llamamos diferenciados y el buenísimo de ahora llama segregados y tan tranquilos lo discriminan por eso, pero era fantástico.
Por eso no he tenido ningún profesor ni profesora debo decir que haya abusado de mí, pero en la carrera tuve un par de profesores que nos miraban con lujuria, que se apretaban bien los pantalones, que no te quitaban los ojos de encima, que te hacían trabajar más que a los chicos por ser mujer. Y lo mejor es que como eran engendros que en un pasado remoto habían sido represaliados por franco y eran “de izquierdas”, estaban como en un limbo y podían permitirse cualquier actitud machista porque ellos eran “los buenos”. Cría fama y échate a dormir.
Respecto a cosas más fuertes, yo sí que viví en París varios asuntos feos, por ejemplo en el centro Pompidou un tipo me toqueteó todo lo que quiso antes de que yo reaccionara #metoo
Gadi *
EliminarYo hoy no tengo el día para escarbar demasiado, pero te puedo decir que tampoco he salido indemne. Afortunadamente, no he tenido profesores sobones, aunque había uno que llevaba un rollito asqueroso con una de mis compañeras y que me suspendió la asignatura por ponerle en evidencia con el tema. 14 años, si nor ecuerdo mal.
ResponderEliminarBesos!