viernes, 6 de octubre de 2017

Me he cortado el pelo.

He ido a la pelu. Antes de que pongáis palomitas en el micro, os hago spoiler del final: ha salido bien.

En anteriores capítulos, fuí a una peluquería donde me habían hecho un señor cisco capilar digno a los diseños que se hace, aún no entendemos porqué, Lewis Hamilton por propia voluntad.  

La cosa es que un año y cuatro meses me he pasado buscando peluquerías que cumpliesen premisas básicas para acudir:

1.- Que tengan clientela siempre (una peluquería con gente, es una peluquería que da buen servicio, si esta vacía, mala señal)

2.- Que esté limpia (nadie quiere lavarse el pelo en un sitio donde puedes coger hongos y los cepillos tienen millones de pelos y una cuarta de polvo).


3.- Una peluquería medianamente moderna (y con moderna no hablo de la edad de quien corte el pelo o de su clientela, sino del concepto de la misma, una señora que corte el pelo pero no haga tintes fantasia no va a poner posters de colores de este tipo, así que los posters se supone que son estilos con los que la peluquería debería sentirse identificada y que debería poder ejecutar).

Así que en una pequeña calle del barrio encontré una peluquería muy mona en verde menta y que me llamó la atención, pasé varios días a distintas horas y siempre había gente. Buena señal.


Además, cotilleando vi que tenían página en Fb, que eso también es buena señal, porque te muestran los trabajos de los que se sienten más orgullosos y claro, puedes establecer donde ponen el listón. Me pareció un sitio fiable y que hacían cositas de color monas y recogidos originales, además aparece que asiste a cursos y una profesional que se recicla y aprende es una profesional que merece la pena.

Así que me he hecho un corte un poco "shake it off" de Taylor Swift, pero un poco más largo, porque de un tiempo a esta parte he visto que el pelo muy corto no me favorece mucho y porque e el gym quiero hacerme coleta. Y tras pedir hora (que es la única cosa a la que no ando muy acostumbrada y me ha costado porque mi vida tiende al caos), llegué allí y tenían el Bohemian Rhapsody de Queen. Luego sonaron los Beatles en el hilo musical. De momento bien.


En seguida me pasaron a lavarme la cabeza. Esto que parece una chorrada es superimportante porque anda que no me han pegado rascones al cuero cabelludo, nada de masaje, rascar... mal. Aquí me han dado uno de los lavados de cabeza de mi vida, muy agradable la verdad.

Y luego la propia Marivi a cortar, que me he saneado mucho el pelo porque entre las mechas y la plancha (que no os he hablado de la plancha nueva que me regalaron, pero si os interesa, os cuento) por mucho que las cuides, algo se castigan, pues ala, todo fuera. El corte tiene más volume, es fácil de mantener (que es lo importante) y da mucho dinamismo a la cara.

Con mi camiseta de Jimmy Hendrix, que envidió mi pelazo.

Como veis, además, la chica que me lavó el pelo me secó el pelo de manera entusiasta (qui'cirse que Mariví la dijo que si me secaba el pelo y ella pegó un salto diciendo "vale!") y me hizo unos bonitos bucles (que no me aguantaron porque mi pelo es un así, pero quedaron muy bonitos) y me dió mucho volumen sin dejarmelo muy abuelil.

La verdad es que salí muy contenta y me ha hecho recuperar la confianza, el ambiente fue cordial y muy agradable en todo momento. Valoraré repetir las mechas a ver si el color se le da bien, pero de momento, ya tengo un sitio de confianza a donde volver. No veas, qué peso me quito de encima.

5 comentarios:

  1. Qué alegría da encontrar sitios así y qué importante es.
    Estás reguapa.

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  2. La verdad es que cuando voy a una peluquería nueva, paso más miedo que cuando voy al dentista. Pero has acertado, te han dejado un corte de pelo ni bonito, estás preciosa 😘

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  3. Te dejaron preciosa, lo que tú eres

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  4. Enhorabuena, guapa! Te ha quedado genial.
    Besos!

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