Atrás habia unas gotas, cogimos agua en un cubo y un trapo las limpiamos con fuerza.
-Coge los trapos, pasaran la noche en lejia.
Tiramos el agua fuera. Y entramos en la casa, la llevé directamente a la cocina, pusimos los trapos en lejía y avivamos el fuego, poniendo cubos grandes de agua a calentar.
-Sube conmigo, te enseñaré mientras la casa.
Llegamos al salón principal, en el suelo noté enormes charcos de agua... la luz no estaba encendida.
Frente al fuego habia una enorme figura masculina muy familiar. Sagnit y yo nos miramos. Saqué la pistola del bolso. Se giró... Cielo santo era Karl!!
Tenía una copa de mi coñac en su mano! Y miraba el fuego. Con la pistola temblorosa en la mano y un miedo terrible carraspee, como fingiendo seguridad. No se movió... me fui acercando poco a poco, mis tacones resonaban en la sala hasta que toparon con la alfombra y esta amortiguó su sonido sobre la madera.
-Karl? Usted no debería estar aqui...
-Lo mínimo que debería hacer es invitarme a una copa.
-Tómese una copa y vayase. No le debemos nada después de como se ha comportado!!!
-No sé si eso va a ser posible... aunque quiera no sé si voy a poder.
Los días siguientes los pasé buscando curas que hiciesen limpiezas, incluso un rabino hizo una, brujas, encendí velas y todo habia pasado.
Al año siguiente todo parecía estar bien, di el día libre a todos aquellos trabajadores que decidieron ir a llevar flores a sus muertos y honrarles, jubilé a otros que estaban muy mayores, y en casa nos quedamos Sagnit y yo. Ella estaba en la cocina, haciendo un cacao para las dos.
En la radio sonó la misma canción de Edith Piaff, yo me levanté corriendo y la apagué de manera instintiva, el silencio se apoderó de la estancia, las luces de toda la casa se apagaron, Sagnit vino corriendo horrorizada al salón, la chimenea se encendió y ambas corrimos y cojimos un atizador del fuego de metal, el más romo y pesado. Sagnit empezó a sollozar, y yo pensé que iba a hacerlo, estabamos muy asustadas.
Unos charcos de agua se veía sobre la madera, Karl entró étereo, cogió, se sirvió una copa, se acercó al fuego, estuvo unos instantes, la música seguía sonando entre el chasquido de la madera ardiendo, y los sollozos de Sagnit, la canción terminó, la radio se apagó, y Karl brindó en nuestra dirección apuró el contenido de la copa, se esfumó y la copa cayó a la alfombra.
Al tercer año, 1945, Karl entró por la puerta, por si acaso, Sagnit y yo estabamos preparadas, con los atizadores, en la radio sonaba mi Legionario de la Piaff, y él entró, con la misma ceremonia que todos los años y chorreando agua".
-Karl- me atreví a decir- la guerra ha terminado.
Me miró extrañado, no sé porqué le dije eso... me salió solo.
-Y quién ha ganado?
- Los aliados, han vencido a las potencias del eje. Fue en verano...
Karl se encogió de hombros, pegó un pequeño sorbo y susurró "se veía venir". Siguió mirando fascinado el fuego. La canción terminó.
-Y Hitler?
-Hitler -susurró Sagnit antes de que pudiese contestar- se ha suicidado.
-Sí, no creo que esperase a que un judío lo matase... en fin. Buenas noches señoras.
Hizo un brindis breve, apuró su vaso de un trago y se esfumó dejando caer como siempre la copa.
Desde entonces, Karl viene todos los años a la casa, en la radio suena la misma canción de Edith Piaff, se toma su copa y se va... me preguntó qué hará, cuando, a mi, que me quedan pocos días de vida, me dé por irme también. Sagnit se murió hace unos años... quién le dará el coñac...
Me ha encantado el relato: bien construido, buen ritmo,...
ResponderEliminarSupongo que, con tantos años visitando la casa, Karl ya sabe dónde está el coñac. De hecho, el primer año se lo sirvió el solito.
Lo único que, como no se lea elperiódico, a ver quién le pone al día.
Besos!
Guau!!!!!! Escribe más, por dios! Me ha encantado el misterio que se mantiene a lo largo de toda la historia, cómo el ambiente acompaña a las situaciones, creando más expectación, los giros de humor amargos y concretos y como, pese a estar escrito impecablemente, usas giros "a lo reverte" me explico: como muy naturales, que le dan más realismo ("ascazo me dan").
ResponderEliminarOle, ole y ole Hellen!!
Madre mía, cuando ha aparecido Karl en la casa la primera vez se me ha helado la sangre (O.O) yo es que soy muy miedica...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho ^^ ¡a ver si nos escribes más historias!
(Ah, y las uñas de abajo quedan muy graciosas, pero las de zombie creo que las dejaré para otro año xDDDD)
Un abrazo, guapa ^^
Hola
ResponderEliminarYo también quiero más cuentos de estos n_n
Escribes genial (me gusta la cercanía y la velocidad de tu escritura… envidio la velocidad -_-U), y narrando eres igual de buena, transmites mucho.
Quiero más :)
Me encantan los relatos breves de miedo, me encantan.
Me gusta mucho Halloween, me gustan los años 20, 30 y 40, y además me ha flipado el factor casualidad. Este Halloween he celebrado una “mini” fiesta en casa, entre las actividades había una partida de rol (qué esperabas de un friki), temática Lovercraftiana, y su final (un clásico continuará) era la llegada de los nazis n_n
Hasta pronto n_n
Me alegro que te haya gustado el ritmo Miss Potingues, con los años me he vuelto muy directa y a veces me da la sensación de que cuento las cosas muy rápido y eso resta emoción. Intento mejorar! Un besote
ResponderEliminarGiros a lo Reverte? Vaya, pues solo he leido la tabla de Flandés y el primero del capitan Alatriste y fue hace bastante... (a parte de algunos artículos periodísticos). En serio Gadi, qué relato has leido? XD Yo no paro de verle peros al texto (siempre me pasa con mis textos) XD. Gracias guapa, besotes!!
Bueno, pues apunto, en vista de que ha gustado, escribiré relatos más amenudo. Estas mejor Goblin? Espero que si. Un besi gordo!
River, fíjate que a mi me gusta la velocidad que llevan tus textos, creo sinceramente que narro demasiado deprisa y que deberia llevar un ritmo que aumentara más el misterio, no creo que mucha tensión haciendo la prosa tan rápida... no sé es una idea que tengo cuando leo mis textos. Seguiremos publicando. Besis y gracias!!