Este es el esmalte negro del que tanto reniego de Michela Valenti, porque se cae muchísimo, pero lo bueno de estos esmaltes es que en degradados no funcionan mal, así que lo he aplicado con una esponjita y el 01701-159 de los Long Lasting de Wynie, que es un azul noche de purpurina y que queda precioso en este degradado. Unas pegatinas de lunas y planetitas hacen el look brujil de Samhain. Pensé en poner una capa del esmalte que brilla por la noche, pero se desluce bastante el invento.
Obviamente no me ha dado tiempo (diversas circunstancias, que espero que salgan todas fenomenal) y a veces, ni ganas,( a qué mentir, he estado un poco choff esta semana) para hacer look de Halloween y hoy dudo mucho que pueda preparar algo, primero porque tengo planes y segundo, porque si se anima la gente y quieren que la maquille, bien, pero sino, creo en la importancia de estar al 100 con la gente. A veces, hay que estar en los sitios sin pantallas ni artificios, disfrutando el aquí y el ahora. El maquillaje tiene que ser fuente de inspiración, no de agobio y no vivo de esto, así que me vais a permitir que salgan las cosas cuando tengan que salir y pueda disfrutar de ellas.
Y también me vais a permitir que hoy suelte chapa intensa, pero breve.
Miss Potingues ha hecho unas reflexiones muy bonitas en sus espacios sobre Samhain y la noche de Halloween o Todos los Santos, pero me quiero quedar con una que hay que revalorizar: esta fiesta tiene que servirnos para valorar la vida. Para celebrar la vida de quienes queremos y ya no están, pero también para los que sí están y, aun con dificultades, nos hacen la vida un sitio menos inhóspito. Para celebrar nuestras vidas y reflexionar sobre nuestros miedos, nuestras alegrías y sobre si estamos viviendo como queremos y tras la pandemia, tenemos que pensar en las cosas que nos importan más, que normalmente, no son cosas: es la salud, es la familia (de sangre o no sangre), son nuestras metas... A veces, compatibilizarlo todo es difícil, maxime, cuando como he dicho varias veces, estamos tocados y dolidos con la pandemia, cada uno a su manera y forma y es sano replegarse si es lo que se necesita, hasta estar mejor.
Samhain es un concepto muy rico que os invito a investigar y que, entre otras cosas, nos enseña sobre la oscuridad, las transiciones, nuestro camino a lo desconocido y sobre como transformar a los demonios en personajes más amables. Al fin y al cabo, todo contra puede ser un pro bien planteado. Nuestra transformación y crecimiento no termina nunca y es como si llegase "una edad" en la que te rindes. Hay mucha diferencia entre aceptar y conformarse: aceptar que las personas o las situaciones son así, pero que tienen una historia y esta está abierta a cambios, es un tema y dejar las cosas como están por las razones que sean, es otra. Samhain es un fin de año para las personas páganas que se centra, como todos los finales de año, en la reflexión.
Mi reflexión este Samhain va sobre mis expectativas, que intento que no sean tan grandes en muchas situaciones, porque esperaba que un año después de una vivencia intensa que tuve justo el año pasado -colofón de muchos temas abiertos-, la vida me centraría un año después en otro punto. No ha sido así. Si bien es cierto que emocionalmente no ando en el mismo sitio, pensaba que las circunstancias andarían distintas en muchos aspectos. Me ayuda entonces el realismo? No siempre. En primero de carrera nos decían en la asignatura de Introducción a los Servicios Sociales una frase que me resonó muchísimo internamente, las realidades y los derechos actuales eran utopías en el siglo XVI, al comienzo de toda la historia de los Servicios Sociales (como concepto, que lo que había era caridad). Las utopías eran, por tanto, motor de las metas sociales a conseguir. Si no creemos en las utopías, no generaremos cambios sociales sustanciales.
Es muy posible que en tu vida no llegues al punto que la utopía señala, pero también es posible que puedas reformular las metas, porque las metas sí se pueden modificar en base a las herramientas y recursos de cada momento, incluso que encuentres una meta de camino a otra. Es importante saber quién eres y de qué estas hecho: tus emociones, motivaciones, sueños, miedos... y en base a eso, reformular. Estamos, como dice Miss Potingues, en un momento de transformación y a veces, hay que partir de una reformulación de la realidad, simplemente y llanamente. Que las expectativas fallidas no sean motor de frustración, sino de reflexión, de introspección, de evaluación y de formulación y planificación.
Es por ello que tampoco esperaba lo bueno que he ganado en el viaje anual -siempre nos ponemos en lo peor-, me he recontrado con gente estupenda, y he conocido a personas maravillosas, me he desvinculado de gente que pensaba que sumaría y simplemente no, he aprendido muchísimo a muchos niveles y me he dado tiempo a cicatrizar de algunas heridas, darme cuenta de otras por atender, hacer limpieza de mi misma con compasión y devolver en la medida que puedo, lo bueno que recibo.
Por eso me molesta que se vea Halloween como algo terrible superamericanizado y consumista que quizá lo sea para algunas personas, y no como una celebración de celtas que también tenían los romanos y que han tenido todas las civilizaciones consistente en festejar a quienes nos han inspirado, nos han dado la vida en la forma que sea, en quienes no están... En reflexionar en que la vida es, a veces, muy compleja y a veces, casi insoportable, pero también tiene momentos hermosos con gestos pequeños y llenos de luz y en las pequeñas fortunas que tenemos con la gente que permanece aún, máxime cuando es por decisión propia, a nuestro alrededor y son bálsamo para nuestra existencia. Al final, como explicaba Ramón Gener, nuestra vida dura lo que dura nuestro recuerdo en las personas que nos amaron (momento en el que aprovecho para rescatar su libro El amor te hará inmortal y recomendarlo de nuevo, si es que no lo habéis leído aún).
Sea como fuere, celebrad el amor, que en el fondo, esta fiesta va de eso.