Es muy complicado sacar bien la manicura de hoy, está hecha con un esmalte negro de Easy Paris efecto gel negro y un esmalte de purpurina haciendo lunas y estrellas, pero no hay manera de sacarlo bien así que lo he intentado. Como da problemas para fotos, os he hecho fotos así pero luego he puesto una capa de esmalte del que brilla por la noche, que luego pasará lo de siempre: se me olvidará que lo llevo puesto y cuando apago la luz, no veas que susto.
Primeramente, mención especial al vídeo de La Pinturera hoy, que para algo me menta ella en su último vídeo que quiero rescatar por aquí, que va sobre el cuidado al cuidador, tanto formal como informal. Con formal me refiero a principal y formado e informal como cuidador sin profesionalizar ni con formación reglada. Son 5 minutos sobre la importancia del desgaste en los cuidados del cuidador a múltiples niveles y creo que, de modo introductorio, nos centra a todos sobre la importancia del descanso.
Así que retomando un poco este hilo y como llevo unos posts sobre detectar cosas y tal voy a hablar del Koselig o Kos noruego que se corresponde con el Hygge danés y el Mysa en sueco y que va al hilo del vídeo de Gadi, así que le hacéis una visita al vídeo, le dais un like, le decís a Noe que está preciosa en el vídeo (porque lo es y lo está) y volvéis aquí porque quiero hablaros de este tema que es muy bonico y muy útil.
Ahora está la moda del Hygge danés, que es una palabra que existe en muchos idiomas nórdicos (sí, este año sigo avanzando con el noruego, oiga). De hecho cuando te presentan a alguien en Noruega, tú le dices "hyggelig å møte deg", que se traduce como "encantado/a/e de conocerte". Pero ¿porque mola más que te digan Hyllelig que encantado? Porque el concepto Hygge habla de calor, de confort, de entrañabilidad, de sensación gustosilla: Básicamente te estan diciendo que conocerte es como poner las manos sobre una taza caliente con una bebida que nos gusta tras haber estado en la calle con mucho frío y lloviendo, es esa sensación reconfortante. Y que una persona te diga eso, según te conoce, pues es muy bonito, oiga.
En el Koselig (o Hygge) se juntan felicidad, confort y cierto punto entrañable, se junta lo espiritual y lo físico en un abrazo de oso de peluche, así como concepto. Y cuando hablo de espiritual es que los suecos introducen en hecho de que se vive como una bendición el poder vivir esta clase de bienestar.
Como ya dije antes, el haber hecho un curso de Mindfulness te hace entender que el Mindfulness tiene sus cosas que sí y sus cosas que no, como todo. El caso es que el Koselig nos trae a uno de los conceptos más importantes del Mindfulness, el traernos al momento presente pero además no desde el sufrimiento, sino desde la vivencia de disfrute y recompensa. Es por ello que empiezan a salir como champiñones los libros sobretodo que tratan sobre el Hygge (porque los daneses lo vendieron primero o mejor, eso ya depende de a quién le preguntes).
Cosas positivas del Hygge:
1.- Aprendes a disfrutar solo. La idea es llevar a cabo cosas que te produzcan confort que puedas realizar sin ayuda de nadie como ponerte una taza de infusión o bebida caliente, una velita perfumada y leerte un libro. ¿Eso significa que no la podré hacer nunca con amigos? No, pero que prioritariamente es una actividad de AUTOCUIDADO. Y ahí reside uno de sus valores fundamentales, hacer algo por nosotros mismos, incluso cuando no sabemos qué hacer para cuidarnos.
Una actividad con los amigos que se puede hacer es quedar para tomar un café o merendar y no hablar de grandes temas (están prohibidos los temas políticos, estresantes o peliagudos es un momento de calma y paz, así que se puede hablar de sitios a dón de viajar, documentales o películas vistas, recetas probadas, cosas nuevas que se han hecho...). Es un espacio para la reparación. Dicen que el mejor número de integrantes es 4 y podéis ver una película, salir a pasear, de museos, quedar para enseñaros actividades las unas a las otras (me acabo de acordar de una anécdota familiar: mi bisabuela le enseñaba a coser ganchillo a su vecina y esta le enseñaba a hacerse moños bonitos mientras charlaban de sus cosas y me acaba de dar un zurriagazo Hygge de recuerdo no tenido, pero entrañable, de los gordos).
2.- No tiene presupuesto, porque se centra en las cosas que nos hacen sentir placer y conexión. Por ejemplo, ver un atardecer, dar un paseo por el parque, ir a un estanque y ver a los animalitos, escribir poesía en un cuaderno... Desconectamos de todo, para conectar con nosotros mismos.
3.- Implica siempre autocuidado. Hay muchas formas de autocuidado, puede ser a través de un deporte tranquilo como caminar, o meditar, o cocinar algo rico y un poco autoindulgente, o escribir poesía o pintar... No debe ser nada que nos estrese, así que ir a una clase de GAP en el gimnasio, no tiene mucho de Hygge.
4.- Después de la actividad nos sentimos relajados y menos ansiosos. De ahí el perfil tan personal de esta actividad, nadie puede dictar lo que te baja la ansiedad: si la jardinería, el punto de cruz, hacer gofres con fruta o pintarte las uñas... Sólo sabes que al final, te sientes mejor. Hay estudios además que demuestran que las actividades de Hygge han generado mejoras en personas con estrés postraumático, así que, reconectar con uno, funciona. Además, muchos países nórdicos tienen una depresión estacional MUY acusada por las pocas horas de luz, razón de más para que hayan probado esto durante años.
5.- Tenemos que sentir felicidad. A ver, que esto no tiene que ser tampoco como la banda sonora de Dirty Dancing, el momento de tu vida, pero al menos, sí sentirnos más felices y notar que lo hacemos nos mejora de alguna manera por dentro.
Vale, compro la idea Hellen: por donde empiezo. Pues vamos a tener en cuenta unas pistas para generar un espacio Hygge y darnos un gustito para el cuerpo.
1.- Ten un espacio para tu Hygge. Lo importante es crearlo tanto fuera como dentro de casa, así no hay excusa. Tú imaginate que un danés, con los inviernos que tiene, no puede salir y su espacio Hygge está fuera de su casa, pues adiós al Hygge. Sin embargo, el 85% de los daneses relacionan las velas con el Hygge ¿porqué? Porque las velitas tienen un olor y crean una esfera relajante en casita para predisponernos a la relajación y a la conexión. Lo ideal es que la luz sea suave, el ambiente agradable, y todo muy tranquilo y muy relajante. Si os gusta la música, os podéis poner algo de jazz, bossa nova, música celta suave... Obviamente los Iron Maiden no os van a ayudar en el Hygge. Ropa cómoda como sudaderas grandes o pantalones de chandal con pelusilla (los llaman hyggebukser y nunca verás a un danés con unos pantalones así por la calle porque tienen unca clara función: esperarte en casa para reconfortarte), lo que viene siendo ropa amplia, una temperatura suave, todo puede ayudar. Pueden valer quemadores de incienso o aceite, pueden valer cocinar cosas ricas, hacer punto, tener mantitas y cojines por millones... échale creatividad.
2.- La naturaleza cuenta. Si bien es cierto que el Hygge es un concepto muy casero, la cosa es conectar con todo aquello que nos hacen humanos, así que tener plantas cerca, y conectar con la naturaleza a algún nivel, es positivo. En un curso que hice hace poco me dieron un listado de las plantas que más absorben la polución, os paso este que es más amplio. Algo de verdad tiene que tener, porque hace unos meses que me regalaron una pequeña plantita de Aloe y está creciendo cual posesa y criando hermanitos en divertidos brotes espontáneos. Además, las plantas crecen muy bien con comentarios positivos y agua y un poco de luz, de verdad, son muy agradecidas y dedicar un ratito a su cuidado también es una gran actividad.
3.- Todos los sentidos pueden y deberían participar. Los daneses son de hacer pastitas, pero también se pueden hacer comidas "slow", vamos un puchero sin tener que poner la termomix, asar cositas en el horno, aunque sean patatas... La idea es hacer comida reconfortante, desde una sopa o una crema de verduras, hasta un pescado, un pastel o una empanada. Lo importante es que el proceso sea disfrutado. Un baño también puede ser una buena solución, un libro, hacerse jerseys o bufandas pintar..
4.- Despégate de la pantalla. La idea es apagar todo y desconectar para reconectar. Y eso no pasa si estamos escuchando los zumbidos del whatsapp, móvil y pc, fuera, es dedicarse un tiempo a uno mismo, nos merecemos esa cita con uno mismo, conocernos, mimarnos más allá de una mera rutina de belleza (que si es tu momento Hygge, está bien, pero siempre date un plus). Está bien conectar con la gente. Tener acceso 24/7 no tanto.
5.- Hagas lo que hagas, hazlo desde la consciencia. No tiene sentido que hagas cosas porque un médico lo diga, o tu prima, o yo. Hazlo desde el convencimiento y el disfrute. La filosofía de este momento se basa en disfrutar, desconectar y tomarnos nuestro tiempo, es decir, ir despacio. Este es un momento para tí, una cita para tí, el privilegio de tenerte a tí mismo en este momento y disfrutar de un proceso lento pero curativo y disfrutable. Es tu momento. Necesitamos un momento para nosotros y para actividades de relax para repararnos, para relajarnos, desconectarnos y disfrutarnos. Parece que algo tan simple no puede reparar nuestra autoestima y la realidad es que sí, porque apreciamos no sólo nuestro valor en lo que hacemos, sino en la capacidad de hacernos disfrutar y reconectarnos.
Si tenéis puente, o no, espero que tengáis muchos momentos Hygge.