El otro día en el bazar de la esquina ví que vendían una cajita de plástico con films transparentes con flores que se calcan en la uña cual calcamonía. La idea es esperar a que seque la uña lo suficiente, y que insistas en el film con un palito de naranjo, porque la transferencia es por insistencia. La cosa es que el esmalte no puede estar "mordiente" sino casi seco para no levantarlo. Hacer esto me ha costado 4 intentos, pero ha quedado bonito, aunque no es fácil. El kit tiene unos 8 modelos, intentaré ir enseñando uno a uno porque son bastante bonitos todos (aunque ya sabéis que siempre hay alguno que suele gustar menos, pero oye).
Lo bueno es que puede cortar por el tamaño de uña, lo cual lo hace bastante adaptable. De la laca no os hablo por principios, pero cualquiera de color lavanda os vale.
Ayer fue la Cthulhuton, un evento que celebra la obra de H.P. Lovecraft sobre todo en su adaptación a la gran pantalla con mejor o peor suerte y, gracias a Sandy Peterson, el invitado de excepción y padre de juegos como La llamada de Cthulhu, su adaptación a los juegos de rol de mesa.
El evento fue muy divertido y los que apreciamos la obra de Lovecraft pudimos ver películas que, desde luego, no nos dejaron indiferentes, a parte de una charla con Sandy Peterson que estuvo firmando ejemplares de su obra a los presentes. Es curioso (y ayer caí en ello) que el juego que más he disfrutado durante el confinamiento, sea uno de los que no tengo el libro de Máster, pero es que tengo que hacer una visita urgente a alguna tienda/ biblioteca que acepte libros usados para donar unos cuantos que ya no voy a leer y que no quiero mantener. Cosas que digo siempre que voy a hacer y nunca saco tiempo, pero si quiero otros libros, tendré que buscarles el hueco que no tengo.
El evento contó con una presentación de Ángel Codón y Juan Pérez al quite de Paco Fox que, por motivos personales, no pudo ir pero nos mandó amor cósmico (pero no tanto como el que le mandamos a él), y la entrevista a Sandy a cargo de Enrique Dueñas creador de juegos, escritor y responsable de varias antologías de relatos con algunas preguntas del público.
Pero vamos, que lo pasamos muy bien y como siempre, la gente es lo mejor de los saraos y siempre echamos unas risas. Aunque nos faltaron algunos a los que mandamos besotes y abrazos desde aquí.
Aún así fue una tarde que mereció mucho la pena y la gente pidió nueva entrega el año que viene, así que estad atentos si no pudo ser esta vez.
Bueno, pues el otro día en twitter pregunté si interesaría que hablase, tras el último post de acompañamiento en momentos duros. Si os interesa también puedo hablar de autocuidado en esos momentos, pero supongo que muchas veces nos sentimos más impulsados a ayudar a los demás en crisis, incluso cuando nosotros no estamos bien del todo. Lo que pasa es que, como dice el refrán "el camino al infierno está empedrado de buenas acciones" y es bueno saber qué hacer porque a veces, no nos damos cuenta de que nuestras buenas acciones están siendo llevadas por nuestras propias frustraciones generadas por ver al otro mal. Y así no se puede dar una ayuda de calidad, que es lo que verdaderamente pretendemos y que nos llevan a una revictimización y generar más daño a la persona que sufre.
Para ello vamos a valorar que me refiero a picos de dificultad, no a crisis emocionales como tal ni ataques de ansiedad o pánico (ya tuve mi época de comentar que una crisis de ansiedad, tecnicamente SIEMPRE cursa con hiperventilación, si sólo hay respiración agitada, no es ansiedad, es pánico y el abordaje terapéutico es distinto). Las crisis de ansiedad o pánico, sobre todo si son recurrentes SIEMPRE deberían ser tratadas por un médico o persona cualificada para ello y quiero hacer hincapié en esto porque, como ya he mentado en otras ocasiones, la psicología y la psiquiatría no son ciencias basadas en el "yo creo, yo pienso y a mi me parece", ni tampoco en el "como a mí me funciona esto, a todo el mundo debería funcionarle"... Pues mira, igual que no todas las personas toleran la penicilina, todas las personas curan las infecciones igual, ni las enfermedades mentales. Cosas que pasan.
Creo que hay algunos tips que pueden funcionar, y a veces me han preguntado sobre qué hacer en situaciones donde la gente que te importa lo pasa mal y quieres ayudar, y va a haber mucho "esto no" porque son fallos comunes que deberían evitarse y que no nos paramos a reflexionar. Así que estos son mis tips de cabecera.
1.- Dejar que la persona te cuente. Aunque una tercera persona nos haya hecho spoiler, lo importante es escuchar el discurso de la persona que está mal, ver cómo ordena sus ideas, porqué elige una palabra y no otra. No estamos aquí para juzgar, estamos para ayudar, así que importa lo que tiene que decir esa persona. No la interrumpiremos si no es para que nos desarrolle un concepto o una idea o porque no hemos entendido algo, pero sin cuestionar normalmente: Pensad que sois un recipiente, vuestra función es solamente sostener las emociones, sin clasificarlas, igual que un plato no te separa los fideos del caldo. Si la persona quiere llorar, enfadarse, se siente abatida, decepcionada, desganada... Hay que darle libertad y no decir eso tan terrible de "no llores" o "no hace falta ponerse así". Tiene que ser un espacio seguro.
El escuchar este discurso, como he dicho, puede generarnos sensaciones: Enfado, impotencia, tristeza... Y está bien porque eso implica que la persona te importa, lo que pasa es que hay que entender que, cuando se ayuda, lo importante es estar con el otro, tus emociones son importantes, pero en esta crisis, deben pasar a un segundo plano y centrarnos en cómo solucionar temas.
Si algunas de las cosas que te cuentan se te hacen inasumibles, bien por opinión, bien porque son disparadores emocionales o bien porque sientes que te superan y que necesitan de apoyo técnico profesional, no te sientas mal por decirlo y por recomendar parar y hablar con alguien especializado. No tenemos que ser capaces de soportarlo todo y podemos confortar a la persona con un "puede que con esto no pueda ayudarte como quiero, pero me importa lo que te suceda y quiero estar a tu lado para ayudar".
2.- Una vez que hemos escuchado, preguntar qué se necesita de nosotros. Nos sale MUY rápido el dar consejos y el decir "tú lo que tienes que hacer..." y a lo mejor la persona sabe qué tiene que hacer, lo que simplemente necesita es que alguien le escuche y le valide sus emociones. Es legítimo estar mal cuando algo malo te ha pasado y tenemos que dar permiso para que la persona pueda expresarse emocionalmente. Y es legítimo que alguien no quiera tu consejo. Sobretodo, hay que pensar que si hemos ido a apoyar, el protagonismo es del otro, no de nuestra opinión.
Así que es importante que cuando termine la persona le digamos ¿en qué puedo ayudarte? ¿Quieres apoyo o quieres un consejo?
Imaginaos que sólo quiere desahogarse sobre una discusión que ha tenido con alguien en el transporte público y que le digáis "pues cómprate un coche!". Sólo buscaba apoyo y le dan una solución que no le quita en absoluto la emoción que lleva encima. Y encima hemos quedado fatal, porque es una de "como estas?, patatas traigo".
3.- El consejo que demos no tiene que ver con nuestra opinión o nuestras expectativas. Si nos piden un consejo tenemos que pensar que la capacidad de vivir una vida tal y como la vivimos, solo la tiene cada individuo, con sus emociones, sus herramientas, sus experiencias... Así que si una persona quiere un consejo hay que aplicar una idea básica ¿qué meta quiere alcanzar esa persona, qué herramientas tiene y qué desventajas? Como veis, esto no tiene que ver nada con lo que opinamos.
Decirle a una persona qué tiene que hacer, en vez de dar distintas opciones nos lleva al paternalismo: Su emocionalidad nos sobrepasa y queremos controlar la situación dando soluciones que, seguramente ya sepa, que nadie ha pedido y que nadie va a seguir. Y lo hacemos porque nos hace pensar que así tenemos control sobre la situación pero es probable que no sirvan para nada, porque normalmente decimos obviedades.
Os voy a dar un ejemplo personal: Hace un tiempo estuve en situación de desempleo y me encontraba en una boda donde había mucha gente que había estudiado lo mismo que yo, así que se me acercó una mujer que no conocía y de la que no dudo de su buena intención, que trabajaba en una oficina de empleo. Y me empezó a decir "pues podrías hacer esto", "ya lo he hecho, gracias" le respondí con amabilidad" y ella siguió proponiendo cosas hasta que le paré y le dije "creo que tardo menos si te digo todo lo que he intentado". Y empecé a relatarle todas las cosas que había hecho y algunas soluciones que ni ella, siendo técnica de empleo, conocía. Su respuesta fue "pues sinceramente, no sé ya qué decirte, porque lo has hecho todo".
Pensad en las veces que habéis estado mal y alguien os ha dicho que "lo que teneís que hacer es (inserte algo obvio que seguramente ya habéis intentado y no ha funcionado o no es válido en vuestra situación)". Por eso es importante plantear metas, ventajas y desventajas, porque en las desventajas es posible que se hable de experiencias previas y de todo lo que se ha intentado previamente y evitaremos parecer descolocados o poco empáticos.
4.-El centro de todo acompañamiento tiene que ser la persona a ayudar. Esta visión es esencial en el trabajo social y en muchas profesiones de ayuda a la persona. ¿Qué significa? Que si tu intención es ser la persona que salve a la princesa del dragón, la estas cagando y muy fuerte. Las personas nos podemos ayudar las unas a las otras, pero la acción principal de salvamento tiene que hacerla quien sufre la dificultad: Sólo la persona con dificultad puede rescatarle, el resto anima desde la grada. Tenemos que tener en cuenta qué quiere la persona, no intentar engañar a la persona ni manipularla porque "es por su bien" (si hablamos de que la persona tiene comportamientos autolesivos o peligrosos para con terceros, esto entraría dentro de la psicología conductiva y sus excepciones y tendría que llevarse con profesionales, no por amigos o familiares).
Ayudar a los demás nos hace sentir mejor, pero si lo que intentamos es "salvar" y no "acompañar", lo que hacemos tiene que ver con nuestro ego y no va a ayudar a nadie, porque precisamente, no pone los intereses de la persona en el centro, que es de lo que se trata.
5.- No arropar el síntoma. Arropar el síntoma es básicamente darle cabida a un comportamiento negativo de manera potencial. Esto quizá no se ve bien, pero imaginemos que alguien tiene una pareja muy tóxica y nos dice que no aguanta más. Arropar el síntoma sería contestar cosas como "pues luego bien que vuelves y dices que no es tan malo", "los amores reñidos son los más queridos", "te quejas pero nunca haces nada" o cosas terribles como "ya, pero con la edad que tienes, ya es eso o estar solipandi".
Esas cosas ya las piensa la persona en la situación y darles espacio es lo peor que se puede hacer. Las personas en esa situación tienen dinámicas equiparables a las de los adictos, así que decirle que eso es que se quieren o que volver "no será tan malo" es una idea, no sólo errónea, también muy dañina. Y estar soltero no es lo mismo que estar sólo. Así mismo hablar con dureza a una persona en crisis, regañar o actuar sin empatía, no ayuda. No es "amor duro", es abuso emocional.
Ayuda más entender las dificultades, hablar de sus logros y hablar de la parte buena que, normalmente se intenta desechar en estas conversaciones, porque la persona está centrada en lo negativo. No es que lo malo no importe, pero hay que optimizar lo bueno y ver como implementarlo para ver el cuadro completo.
6.- Intentar terminar con una devolución. La persona nos ha volcado sus emociones, así que es bueno devolvérselas y terminar con un "y qué vas a hacer ahora?". Puede ser una frase que invite a la reflexión ("no lo sé, tengo que pensarlo"), al descanso ("creo que me voy a tomar unos días para reestablecerme y descansar, ha sido un golpe duro"), a hacer nuevas metas ("creo que esta situación no me interesa, voy a valorar más salidas"), a buscar información ("no lo sé, voy a estudiar con un profesional qué puedo hacer al respecto"), pero que llama a la acción para que la persona no se quede en el mundo de las ideas y llamar a la movilización emocional: Que las emociones disruptivas nos lleven a planes de mejora concretos. Así entendemos que devolver esas emociones y sentimientos, son motor de un cambio y no nos quedamos con lo que nos cedieron.
7.-En todo momento, dar apoyo y cariño. Todo momento es bueno para hablar de lo positivo de la persona, para validar su malestar en momentos de lógico malestar, para hablar de la importancia de esa persona en nuestras vidas y en las vidas de sus seres queridos... Dar apoyo y cariño siempre es una respuesta correcta.
Y poco más, simplemente dar tiempo, porque hay cosas que no se pueden arreglar en un par de horas, necesitan días, meses, incluso años, siempre que la persona ponga de su parte y pedir ayuda profesional siempre es una opción.
5 comentarios:
Me encanta la manicura 💜, tengo un color muy parecido. Tus consejos siempre son útiles, me gustan porque son claros y sencillos, precisamente porque cuentas con una buena base teórica y práctica. Y qué pena que no pudiera ir a la Cthulhuton, se nota que os lo pasasteis bien, pero otras tareas nocturnas tenían prioridad, y no son lo que pensarían muchos 😄. A ver si para la próxima 😊.
Preciosa manicura, además me gustan mucho los colores morados, y el malva es muy bonito.
Muchas gracias por todos estos consejos y explicaciones para ayudar a alguien. Muchas veces cuando intentamos ayudar, aunque sea con cariño, podemos equivocarnos y ponerle la cabeza como un bombo a la persona en vez de ayudar. Algunas veces cuando estoy triste, intento no dejar que me lleve la apatía y centrarme en otros (sobre todo cuando veo que lo necesitan) y procuro ayudar. La verdad es que no se si lo hago desde el ego, el caso es que no lo hago par sentirme mejor, si no, que pienso: yo estoy mal pero esta persona también, y a lo mejor si la escucho y /o la distraigo, es mejor que por lo menos esté ésta persona bien que no dos personas mal (la otra persona y yo misma) 😅 Bueno, releeré los puntos, para procurar seguirlos. Gracias otra vez.
Muy buenos consejos, es un proceso, el de ayudar, que requiere de toda esta información y también de una sensibilidad especial.
Preciosa la manicura, apetecen mucho los tonos lavanda ahora.
Un abrazo.
Muy buenos consejos.
Un abrazo, guapa!
Buenísimo lo de no arropar el síntoma...
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