El 20 de los Basic Colour de Clarel vuelve a casa por año nuevo por mandato de Esperanza Gracia que nos recomienda a los queridísimos tauro (pero no tan queridísimos como Piscis) llevar algo rojo. Un rojo metalizado con un tono guinda precioso para empezar el año pero sin forzar, que sigo con las uñas reguleras.
Siento no haber escrito la semana pasada -miento, sí he escrito, pero no he publicado porque no era un tema muy navideño-, para compensaros hay un post muy majo en Vicisitud y Sordidez donde elijo mis películas favoritas del año, teniendo en cuenta que hay muchas de las principales que no he visto. Así que haced caso a las favoritas de Paco, Marlow y Jaime, que al final, entre todos, nos complementamos.
Post de reflexión que toca. Se supone que este año era el de recolocar lo que se tiene en el espacio que se tiene. Parece una tarea sencilla hasta que empiezan a cambiarte el espacio, porque en la vida todo muta y como decía Heráclito, sólo el cambio permanece y tienes que aceptar que hay personas de tu vida a las que no puedes echar a patadas - sólo gestionar el tiempo y la relación que tienes con ellos- y hay veces que no sabes ni dónde estás tú.
Ha sido el año de los giros inesperados, buenos y malos, todos radicales. Primero, porque he conseguido cosas estupendas de la manera más chorra y menos esforzada del mundo. Tal cual. En otras, el esfuerzo invertido a veces ha sido descomunal y nada apreciado y no he conseguido nada en absoluto. Hay quien se monta su historia sobre las cosas y aunque te hayas matado a generar un resultado, su juicio rápido pesa más que tu discurso, es más hay quien no te quiere ni oír, ya te ha juzgado. Y en esos momentos he aprendido a callarme. Porque siento que muchas veces ese discurso se genera con un fin narcisista: Sacarte de tus casillas y dejarte mal. ¿Voy a luchar? No. Sí. Pero no contra los demás, si no contra mi concepción de la situación. Yo sé la emoción, esfuerzo y intención. Me he mantenido firme en mis convicciones aunque me causasen perjuicio. No será mi conciencia quien no me deje dormir por las noches ( y mucho menos desde que me regalaron un pijama con tela de peluche por dentro y por fuera, que es lo más calentito del universo!). ¿Conclusión? El esfuerzo no siempre está relacionado con el resultado así que, al menos, que me pillen con los deberes hechos, el resto son historias que no tenemos que justificar.
Y en eso se resume todo: He tenido situaciones dolorosas que me ha costado gestionar y el entorno no ayuda, pero al menos he intentado no dañar a nadie. He tenido cosas que me superaban y al final, ha sido miel sobre hojuelas. He tenido momentos que pensaba que llegaría a un mínimo de comodidad, nada de eso y hay que aguantar aunque te vengan con basura que no es cierta. He tenido momentos que me he sentido perdida y sola y se han sentado personas a mi lado para parlotear porque estaban muy contentas de compartir ese momento conmigo. He tenido momentos en los que aposté por gente que me han fallado muy fuerte. Y gente a la que no pedí nada y me han dado los momentos más bonitos de este año. ¿Expectativas? ¿Eso qué es?
Al año que viene sólo le pido que, ya que no voy a tener calma, porque no la voy a tener, al menos quiero aprender a navegar ciertas clases de dolor para que esos dolores no me hagan sentir indefensa. Y creedme, no es poco.
Gracias a las personas que han estado ahí conmigo, que han dudado de su fortaleza durante su año y han conseguido ser más fuertes que la dificultad y han compartido sus luchas conmigo (estoy muy orgullosa de todos y cada uno de vosotros y muy agradecida de que me aguantéis la chapa). Gracias a las personas que han tenido cambios bonitos por compartirlos, sacando tiempo para aunque sea, sonreír y emocionarnos en dos lugares distintos. Gracias a todos por la paciencia y amabilidad, por saber escuchar y por brindar una manita. Gracias a los que han estado ahí por los días negros, los grises oscuro, y los grises perla, respetando el espacio y los tiempos. Gracias a los que no han estado, han clarificado mucho las cosas y eso también es una victoria. Gracias a los que leéis esto y os resuena y, aunque no nos conozcamos mucho, pensáis que esto también os ha pasado y compartís la suerte de haber terminado el año cuando todavía dudáis del siguiente.
Pero sobre todo a la persona que me ha dado la semana más bonita y uno de los momentos más bellos de mi vida. Gracias Juan.
Porque hay que llegar al siguiente, que hay que gritar " POR EL CULO TE LA HINCO!" cuando Ramón García diga 2025. Es mi meta de este año y ninguna más.
En cuanto a las metas chorras con respecto al año pasado:
-Hacerme fotos con famosos que merezcan la pena... FAIL ABSOLUTO. Es más, tengo una foto de un evento corporativo con una persona que me genera un fuerte rechazo y una profunda vergüenza ajena pero no pude escaquearme. Eso sí, entré en la sala donde estaba y creo que pensó que me iba a emocionar y mi reacción fue una de "Ah, hola!" y mutis por el foro.
Por favor, que he hecho el número de los perretes delante del Rey de España! Vergüenza a mí!!
-Comida de otros países: Pues he probado unos dulces picantes que no me acuerdo de donde eran... Que bueno, ni tan mal. Pero en Málaga encontré unas croquetas de morcilla que, suenan potentes, pero eran exquisitas, así que cocina nacional gana sólo por esto.
- Aprender algo nuevo todos los meses: Bueno, algo he aprendido seguro y me he pasado la app de noruego en modo fácil y a ver ahora el avanzado.
-El rey cobra no me sale y no he tenido ni tiempo algunas semanas para poder hacer yoga. Tampoco he podido hacer yoga porque he tenido fuertes infecciones este año y cuando intentaba hacer yoga, me ponía peor. Tengo una prueba en febrero que me haré porque ya la tengo pedida, porque ahora estoy bien, pero bueno... A tope a defender la sanidad pública.
- Diversificar Instagram. Bueno, no he metido muchos looks, eso es cierto, pero he mandado fotitos de vacaciones, que de eso no suelo subir. Una cosa por la otra.
Espero que este año 2024 os dé la capacidad de encontrar la manera de ser felices. Al final, creo que todo va de eso.