Para halloween quería hacer algo más elaborado. De verdad. Pero el jueves un señor muy amable decidió sentarse a mi lado en el metro y compartir sus virus mientras tosía como un tuberculoso sin taparse la boca y me he levantado bastante pocha para hacerlo. De verdad, este año la gripe viene con fuertes dolores musculares. La mala educación en los transportes públicos es de flipar. Bueno, la mala educación es generalizada ya.
El rojo es el 238 de Kiko, el negro es de Michaela Valenti y las pegatinas son de un kit que tengo muy piratuelo, con gatos, calaveras, calaveras con tibias, raspas de pez... tiene de todo. Y encima una capa del esmalte que brilla en una oscuridad de Essence.
Hoy quiero hablaros de como twitter se nos ha ido de las manos y con ello la sociedad. Hay un vídeo que os va a resumir muy bien lo que os quiero decir.
El otro día entré en Twitter y vi que Ramón Gener había usado contenido de un youtuber calcado para uno de sus programas. El youtuber hizo un vídeo en cuestión y al poco, con todo el hype, Ramón admitió haber pedido ayuda externa pero que nunca esperó que esa ayuda viniese de alguien que tuvo las narices de cometer un plagio descarado de internet y pidió perdón por lo sucedido. La cosa es que dije que, en una cultura donde nadie pide perdón ni se retracta, el hecho de entonar el mea culpa estaba bien. Me ha decepcionado un poco, pero bueno...
En ese momento me empezó a comentar un tipo muy enfadadadito (me gusta más esa expresión que hater) y a explicar que el plagio está mal (me vas a venir a explicar a mi lo que es un plagio) y que lo estaba aplaudiendo. Porque en este país, si piensas distinto, no existe el respeto a tu idea, sino la idea de aplastarla con otra. El caso es que dije que gracias por hacerme un mansplaining (concepto que describe cuando un hombre explica a una mujer algo dando por hecho que ella no lo sabe, aunque ella domine el tema) en el que daba por hecho que no sabía que era un plagio y que nunca lo había vivido. El tipo se volvió muy fuera de sí y terminó soltando mierda literal sobre mi y llamándome tonta, porque el insulto es el argumento de los que no tienen razón.
Como no me pagan por aguantar disfuncionalidades en la actualidad, le denuncié y le bloqueé, que es lo que hay que hacer con los comentarios de Twitter que atentan contra los derechos humanos, entre ellos el de honor. El caso es que se metió otro tipo a decirme que era una feminista androfóbica (feminista, persona que busca la igualdad entre sexos, androfóbica, con fobia a los hombres, sí, todo muy coherente, querido). Que digo que si me vas a insultar... que te compres un diccionario para asegurarte de que usas insultos de verdad. Nada, denuncia y bloqueo.
Feminista es un insulto?
Pero y si esa mierda que soltamos en twitter, porque tenemos el derecho a decir la primera memez que nos pase por la cabeza, la soltásemos en la vida real? Porque tiene que llegar el momento en que eso pase. Entonces qué?
De un tiempo a esta parte, cuando la gente se sube a la parra de comentar cosas que rozan el ataque a los derechos humanos, callo y observo. Primero, porque quiero saber qué narices ha vivido esa persona para desarrollar tanto odio a un grupo humano, si es aprendido, es desarrollado por un hecho vivencial, si es condicionado para buscar aceptación grupal... Y segundo, porque mi opinión no merece ser compartida en un debate con un intransigente con el cual, si digo lo que pienso, al no estar en el mismo pensamiento, intentará rebatirme hasta agotarme. Y el agotamiento por cansinez no cuenta para ganar un duelo dialéctico, máxime cuando no hay duelo cuando tú compartes tus pensamientos y yo comparto los míos con educación. No todo es una batalla dialéctica, qué ganas de pelearse!
El número de veces que he oído este año lo de tengo derecho a ser homófobo, racista, odiar a tal o cual grupo social... en serio os habéis leído el artículo 14 de la constitución (por cierto, en la ley de extranjería también se acepta el derecho a la no discriminación de los extranjeros mientras estén en nuestro suelo)? Es absurdo.
Estamos perdiendo humanidad, así que de un tiempo a esta parte estoy usando twitter para "Sugar, spice and all things nice": Humor, cosas bonitas y denunciar falta de derechos. De hecho llevo una época de llevar la contraria en pensamientos tóxicos y sinceramente, os la recomiendo también, es bastante catártico a veces lo de llevar la contraria.
Tened un pacífico fin de semana.