Al lado tengo un colegio... y su patio. Que da a mi patio. Todos los dias a las 8:30 te ponen una canción de música clásica para que los niños entren "tranquilos a clase"... Todos los dias de este año es la primavera de Vivaldi... Todos los dias pienso cuando suena "ganas de matar aumentando", todos los días en el recreo la vuelven a poner... y a la salida, es imposible estudiar así... un día pondré una bomba en el colegio y dirán que no estaba bien de la chola, que jugaba al rol y que escuchaba a los Beatles.
Y yo me cagaré en un plato.
Lo único que mola de tener un colegio al lado es cuando cocinan filetes empanados y ensalada, que es un olor muy peculiar a frito y vinagre que me recuerda a mi infancia. Eso y el olor a pintura de dedos de preescolar.
Esto tengo que volver a hacerlo, es supermolón!!!
Porque luego los niños crecen, toman la calle, escupen, fuman, no puedes pasar porque estan ellos haciendo sus tonterias corriendo como pollos sin cabeza, y si vas con un carrito, de la compra o de bebé y les dices que se aparten (o te obligarán a pasarles por encima, cosa que haría con gustoen según que ocasiones) te miran mal, lo dejan todo perdido con sus bolsas de patatas insanas y hablan a gritos... No mola, no mola una merd.
Pero el hecho a investigar no es ese, sino, el género mi- go que ha aparecido sobre mi piscina a causa de esto:
Sí, comida para Mi-Go' s sobre la lona de la piscina (y balones para que jueguen)
El hecho es este. La lona está vieja. Y como está vieja, se hunde, y cuando llueve se recoje agua que se queda ahí descomponiendose y creando comida para Mi- Go y un caldo de cultivo para su crianza.
El caso es que ayer, en un parón de estudio de "La constitución española I: estructura y contenido. Derecho y Deberes fundamentales. Si garantía y suspensión" (del cual solo molán el estado de excepción, emergencia y sitio, por lo friki- militar del tema), vi, sobre el charco una legión de pequeños Mi- Go sobrevolando el patio...
Que uno diría, da igual, las palomas comen pequeños Mi- Go... las palomas comen p*ll*s con perdón, porque hay unas amables señoras que a unos 50 metros de esta santa casa, echan pan a las palomas, hecho que está prohibido por las enfermedades que transmiten y la corrosión que producen con sus cagadas en los edificios.
Y los Mi- Go están ahí, observándonos, entrando en nuestras casas y conspirando pa comernos! A mi no me engañan.
Aqui cada uno las combate como puede: mi hermano ha comprado una discoteca de Mi- Go, uno de esos cacharros que se supone que tienen ultrasonidos para espantarlos, pero como suena como una tartana, creemos que realmente es una discoteca que, con esto y un platito con garrafón los puedes tener entretenidos toda la noche.
Mi madre les perfuma con uno de esos inventos que lo enchufas y suelta una sustancia que no huele a nada y que supuestamente los mata. Mi opinión es que realmente la cocina es el chill out de los Mi- Go.
Mi padre tiene la piel de un rinoceronte... le da igual todo!
Y yo? Bueno, yo no huelo... asi que abogo por los métodos antiguos pero eficaces, un pote de cucal, un minimech... y un par de wibos!
Ay, que no tengo afterbite...
Con eso de que han puesto una farola al lado de la ventana del salón que atrae a más Mi- Go y que el año pasado se prohibió la fumigación por antiecologica (y mis ronchones? son ecológicos mis ronchones?!), este año vamos a tener que bajar a la piscina de otro modo.
Lo bueno es que el peinado no se te estropea...
Y vosotros qué? como llevais la invasión de los Mi- Go?
No hay comentarios:
Publicar un comentario