lunes, 11 de agosto de 2014

Rosco Pásame el Libro III- 2014-

 Volvamos al rosco, que siempre apetece leer cositas.

Esta vez con los verdes.


- Con la E. El despertar de la señorita Prim de Natalia Sanmartín Fenollera. Es un libro que me despierta emociones encontradas. Es la pura definición de “ni sí, ni no, sino todo lo contrario”. Básicamente es una mezcla entre Orgullo y prejuicio y el capítulo de disertación filosófica de El árbol de la ciencia de Pío Baroja. Y ya. Una señora con un curriculum más extenso que la lista de manuales de AD&D de 3ª decide dejarlo todo y presentarse a una entrevista de trabajo como bibliotecaria en un pueblo francés, en la cual precisan  a una persona sin capacitación alguna ni pretensiones. Cuando llega empieza a ver que la gente no es tan normal como pensaba. Todo el mundo tiene una cultura literaria vastísima, hasta los niños son extremadamente versados en cuestiones filosóficas y literarias.

Poco a poco se da cuenta de porqué toda esa gente está ahí.  Y no cuento más.

La idea es buena, pero no está bien desarrollada. Primero porque los personajes me resultan como el personaje de Ethan Hawke en Reality Bites, es tan intenso que me dan ganas de golpearle la cara con un tomo de la enciclopedia británica (a ser posible, el más gordo), primero porque se emperran en entrar en peleas filosóficas como si fueran dos niños pedantes a ver quién sabe más, lo cual no aporta absolutamente nada a la trama y queda bastante soberbio (conste que he tenido conversaciones filosóficas, pero no todos los días a todas horas, el ser humano no siempre tiene que andar trascendiendo, a veces andar en pijama y zapatillas también es necesario), segundo porque el pueblo está lleno de personas que huyen y crean una realidad alternativa a la que tenían. ¿Es eso más valiente que quedarse y mejorar la vida que tenían? Pues depende, si realmente lo haces por convencimiento, sí, si lo haces porque no puedes hacer frente a lo que hay no. Y hay varios personajes que se pasan la vida huyendo, no creo que sea motivo de alabanza.

Otra cosa que me ha disgustado profundamente, es que el pueblo, como todos los pueblos, es preocupantemente curioso, marujo y de los peores: somos libres, nuestros conceptos no tienen que ver con la sociedad contemporánea… PERO TE VAMOS A BUSCAR UN MARIDO, PORQUE CÓMO VAS A ANDAR SOLTERA?! HAGAMOS UN LISTADO!! (una cosa es buscar el amor y otra mandar la emancipación femenina a plantar lechugas).

No creo que personas que intenten crear una realidad alternativa absolutamente fuera de lo común, deban decirle a los demás como conseguir la felicidad, los consejos no valen para nada, porque ninguna vida tiene los porques de ninguna otra, y la realidad de uno no puede extrapolarse a la de otro, así que eso de “te doy un consejo y espero que lo sigas” es muy dictatorial, pero el decir “esta persona falló por un consejo que le dí, pero no es mi culpa porque ella tomaba las decisiones” tampoco me parece sensato. Si acostumbras a alguien a tomar las decisiones a través de tus consejos, al final, deja de hacerse cargo de su vida, y tú coges su peso, así que moralmente, por asignarte una tarea que no es tuya, realmente la culpa sí lo es… y sino, no lo hagas.

Luego hay cosas que están bien y mal. Que los niños lean y lean mucho es bueno, que los niños lean en vez de jugar por sistema… los niños necesitan trastear, porque son niños, porque así descubren el mundo, porque su mundo es de cosas grandes, pequeñas y de cosas que se ven y no se ven. No puedes meterles Virgilio a una niña de 8 años de memoria, porque no entenderá nada (yo leí Romeo y Julieta con 12 años y lo tuve que leer dos veces para pillarlo del todo).

Aún así, el libro es entretenido, tiene su punto y tiene un algo que engancha, pero lo veo muy inverosímil como para poder contactar con algún personaje


- Con la N:  El antropólogo inocente de Nigel Barley. Cuando estaba en tercero de carrera, en la asignatura de Antropología Social nos recomendaron este libro y bueno, al final (bastantes años después de la carrera) me ha dado por leerlo. Primero porque sabía que iba de África y para mí, el tema africano, creo que se afronta desde la perspectiva occidental todavía de manera muy imperialista. Segundo, porque hay todavía mucho sociólogo/ antropólogo que sigue usando perspectivas decimonónicas para encararse con la realidad cultural distinta (mi sociedad es mejor porque es MI sociedad… el resto son claramente inferiores), lo cual, a parte de sesgado es mentalmente muy pobre y tercero, porque en la afrontación del problema de desarrollo africano hay mucho brainstorming y mucho inmovilismo, cosa que me revienta: todo el mundo opina, pero nadie ejecuta nada, con lo cual seguimos en el mismo punto (luego dicen de la burocracia China).

Sobre esta realidad continental, sólo he leído dos libros que me han impresionado para bien, uno es Ébano de Ryszard Kapuscinsky, que me tuve que leer obligada en la carrera (no hay cosa que más odie que leer un libro por obligación), pero que terminé leyendo con pasión porque esta fenomenalmente redactado y habla de una realidad muy rica y variada porque se sitúa en distintos países africanos, y este. Nigel cuenta en primera persona su viaje para estudiar a la tribu Dowayo, que se sitúan en Nigeria. Intenta estudiar de donde nacen sus costumbres, el simbolismo de estas, los roles de género y sociales, su relación con otras poblaciones… y todo ello a través del método de la inmersión: lo deja todo y se va a Nigeria. Teniendo en cuenta que la realidad siempre varía cuando se siente observada, pero que el observador, con el tiempo, también es modificado por la realidad a la que observa Nigel se enfrenta no  sólo con una realidad a veces amable, a veces desconcertante, a veces hostil, enfermedades, misticismo y curiosidades culturales importantes. Sus anécdotas con sus problemas con el idioma  y con las bromas que son  base de la cultura informal son de carcajada y tiene puntos muy curiosos que nos podemos aplicar todos cuando observamos otras culturas. El libro me ha enganchado y me ha parecido tremendamente entretenido, a pesar de que, como os señalado, tengo muchos prejuicios ante este tipo de libros.

Una cosa que se le agradece al autor es que no tenga reflexiones de tipo político, solamente sociales, que no trate nada más que lo que viene a tratar para no enfrentarse al pensamiento político del lector y otra es que está redactado desde el pensamiento “esto ahora no me hace ninguna gracia, pero algún día me reiré de esta anécdota”. Así que te puedes reir porque sabes que él también se reirá. Creo que de los que he leído este año es de mis favoritos y al ser tan divertido, aunque te cuenta algún tormento del viajem no es playero, pero sí se puede leer durante el viaje.

Actualmente estoy leyendo uno que sorpresivamente me está enganchando una barbaridad y que nadie podría suponer. Mucha gente me ha recomendado libros para distraerme, pero me he centrado en la argumentación histórica, espero poderlo terminar pronto, pero podéis dejar como siempre vuestras recomendaciones en comentarios.

3 comentarios:

Adaldrida dijo...

Qué cosas, a mí ese libro (el despertar de la señorita Prim) me encantó, y voy a comprármelo.
Lo único que no me gustó fue lo de te vamos a buscar un marido, pero las discusiones filosóficas y en genial el ambiente del libro me encantaron. Y el señor del sillón me cautivó, a lo mejor me van los intensos, aunque creía que no...

Noelia Cano dijo...

A mi también me gustó El despertar... aunque entiendo tus críticas, pero creo que es de esas historias que hay que leerlas por simple disfrute. Lo que no me convenció es el final...esperaba - quizá - algo más tópico.
Ahora estoy leyendo a Lodge y muriéndome de risa por las esquinas, te lo recomiendo. Lo encontré buscando autores similares a Tom Sharpe (ya lo he leído todo de él y el pobre no va a escribir más) y no me está defraudando. "La caída del museo británico" fue el primero que leí y me gustó. Ahora estoy con "La vida en sordina" y lo dicho: humor del absurdo, motivaciones muy humanas (y también despreciables, pero humanas al fin y al cabo) y enredos muy divertidos.
Un besazo!

Beatriz MissPotingues dijo...

Confieso que tengo este reto abandonado. Rachas, supongo.
Aún con espesuras y convencionalismos, creo que me gustarían los dos.
Besos!