jueves, 11 de febrero de 2016

Dolor social: cosas que hacen de la Cosmo UK una revista mejor que la Cosmo España

De vez en cuando está bien leerte la Cosmo, que diréis, ¿pero tú no eras feminista? Pues sí, pero estas revistas son los verdaderos medidores de los cambios sociales. Por cierto, que vamos como el culo, porque la parte de “vamos a enseñaros ejercicios para perder peso por zonas”, seguido del “soy curvi y me acepto” y continuado por el impagable artículo de “qué ejercicios son mejores para según qué profesiones”, tiene, cuanto menos, guasa. Soy plenamente consciente de que uno puede ser curvi y hacer ejercicio, pero cuando te recomiendan una buenísima crema de manos de 400 libras Houston, tenemos un problema (400 libras una crema?, Por el amor de Odín, ¿la han hecho con sangre de unicornio y aceites elaborados con hierbas recogidas a orillas del Estigia, arriesgando su vida e integridad humana?).
 
Uno de los artículos más peliagudos, que es el que quería comentaros, es el que habla del “dolor social” y cómo afrontarlo, os pongo en antecedentes: supongamos que estas en un grupo virtual, séase de Wassap, de Facebook… de lo que sea, el caso es que un día, haces algo que en tu grupo no sienta bien y te echan. Así, tal cual, sin comerlo ni beberlo. Y encima te das cuenta que por las redes (públicas o no) te hacen vacío sin una explicación y celebran eventos sin ti, te hacen el vacío de patio de colegio en un escenario virtual pero descarado, o bien con los típicos comentarios agresivo-pasivos que no ponen a quien critican, pero está claro que critican a alguien de mala manera. El dolor o angustia que eso pueda producirte es lo que se conoce, o se empieza a conocer como dolor social. 


El artículo nos avisa de que este comportamiento puede causar más daño emocional que un golpe físico, de hecho, se demuestra que las mujeres somos más dañinas, porque el acoso entre chicos se lleva a cabo durante la adolescencia y, según van creciendo, el mantener ese rol se hace más difícil por precisamente el rol de hombre trabajador y responsable que se va adquiriendo (estudios de la Universidad de Griffith dicen esto), pero se ve que las mujeres, al no haber un bullying físico, sino emocional es más puñetero: las mujeres se la guardan y luego cuentan secretos y cosas dañinas de otras personas. Vamos, que un primor de señoras. El problema es que también, las mujeres, sufrimos más cuando somos víctimas de estas cosas, pero la posible explicación está en nuestra naturaleza de animales gregarios, no estamos preparados para vivir solos, porque estamos preparados para sobrevivir en grupos, esa agonía es la que nos empuja a juntarnos con iguales y a impedir nuestro aislamiento: en grupo es más fácil conseguir alimento, techo, pero también afectividad. Aunque cada vez hay más personas con una incapacidad para sentir esta frustración frente al ostracismo (la mayor parte de veces, son enfermedades, así que no lo veamos como algo positivo).

Así mismo los medios acrecientan esta sensación de exclusión, parece que todo el mundo tiene que vivir chachi pistachi con muchos amigos y fiestas y sino, eres un paria social. 


En otros medios, habla de un experimento de un doctor que una vez paseaba con su perro y unos chicos le tiraron un freesbee (o disco volador) y él se lo lanzó de vuelta, sin conocerle, estos jóvenes se lo volvieron a lanzar, y él, extrañado, se lo volvieron a lanzar y él, volvió a relanzarlo, jugando con ellos hasta que de golpe y porrazo, no le incluyeron más en el juego. Viendo el vacío que eso, a pequeña escala le causó, decidió aunarlo a sus experimentos sobre el ostracismo social, llegando a la conclusión de que el ostracismo y el dolor social activan las mismas áreas del cortex cerebral, que además es la misma que el dolor físico. Aunque otra doctora en Italia, disiente de esta idea porque considera que el dolor anímico es más fuerte que el físico según sus investigaciones, contrastadas con otro estudio de la universidad de Michigan que estudiaba el dolor de personas que habían roto con sus parejas recientemente (todos ellos dejados por sus parejas), y al ver fotos de sus ex parejas y recordar el rechazo, encendía también la misma parte del cortex.

Además esta sensación es extrapolable, según los estudios que soportan este estudio de la Cosmo, a los programas- concurso de la tele que implican equipos o gente encerrada,  como el Jefe, Gran Hermano, Factor X… vamos, toda esa tele que tanto promociona tele5.

Eso no significa que no deje de ser telebasura...

Por otro lado, la Cosmo no te deja con el marrón, te da la solución: hay estudios que dicen que el dolor emocional también se mitiga o bien fumando cierta cantidad de maría o bien con, según la Universidad de Kentucky, con un paracetamol… ala,  que tienes pena social? Pues tómate un paracetamol (vivir para ver) o fúmate un peta (vengaaaaa).
Supongo que hay que seguir el dicho (bastante machista por cierto) “si tres mujeres hablan, pobre de la primera que deje el grupo”, uno puede aprender mucho del carácter ajeno si escucha las críticas de los otros, qué le molesta, a qué le da importancia, cuáles son sus comportamientos más molestos… y evaluar. Hay miles de libros sobre la toxicidad de las personas, pero nada para evitarlas mejor que escuchar verdaderamente a los otros y ver dónde sitúan su vara de medir y obviamente, mucho mejor salir de un grupo a tiempo que ser echada de mala manera, si alguien es tan mezquino como para no soportar una opinión distinta y vender tus intimidades por eso, más le valía no existir, no es karma, es lógica y mala leche, es así de claro. Pero está claro que con algunas personas, una retirada a tiempo es una victoria: si una persona sólo te aporta comentarios tóxicos, malos rollos que no vienen a cuento, frasecitas agresivo pasivas y demás, cuanto más distancia pongas de por medio, más felicidad, hay que recordar que nuestro mejor amigo tenemos que ser nosotros y desde luego, no cargar con tonterías que no nos pertenecen y que los demás quieren echarnos encima.


Obviamente también uno tiene que hacer acto de contricción: en serio es necesario soltar las miserias de cada uno porque tenga una opinión distinta a la tuya? En serio que una persona que dices que es tu amiga, es menos respetable porque haga cosas de una manera distinta ya que sus motivos y sus porqués personales son distintos a los tuyos? No sería mejor que, igual que cada uno tiene derecho a hacer lo que le dé la gana sin hacer daño a nadie, tú hagas lo mismo? No es mejor hablar las cosas? Como bloggera me doy cuenta de la mierda que ha salido sobre todo, publicada de algunas youtubers y me parece de locura algunos blogs hablando de ellas en según qué terminos... Hay que defender la menor toxicidad interna, que algo te joda no implica que tengas que vengarte como si fueses Íñigo Montoya, también pensar si realmente hay malicia en el acto del otro, pensad en todas las veces que cada uno actúa de bien y alguien se ha tomado a mal sus actos, es fácil si no sabes la motivación, desencajar sucesos. Y desde luego, si por un comentario, o por no hacer según que cosas como se esperan, te pillas un mosqueo como para destruir la vida de una persona, el día que tengas un disgustazo de verdad, me refiero a desgracias tipo despidos, muertes, cataclismos nucleares... cómo lo vas a afrontar? Acabará contigo!

Conocíais este término? Qué os parece?

4 comentarios:

Noelia Cano dijo...

El post me ha gustado porque tu punto de vista, coincida o no con él, siempre me resulta interesante y además, siempre lo expones de una manera amena. Pero con la cosmo no puedo. Ni de aquí, ni de Chiquinistán!
Lo de echar por tierra a alguien meramente porque piense distinto a ti...me parece de una inmadurez y de una anti-democracia supinas. Tonterías ya no aguanto yo, que voy para los 40.
Un besazo!

Beatriz MissPotingues dijo...

Yo, desde hace tiempo, creo que las redes sociales han sacado al adolescente inmaduro que todos llevamos dentro a pasear, y hay quien le deja gobernar, así nos va. Es tan simple como eso. Nadie se responsabiliza de sus actos, se ampara en la razón que da el grupoal que pertenece.
Cuidado, que nos agrupamos por afinidades, y nada une más que encontrar a alguien con tu mismo transtorno mental-social.

Besos!

Adaldrida dijo...

Pedazo de post para reflexionar. Gracias.

el chache dijo...

Ey Tita Helen, he vuelto al apasionante mundo de los blogs y me alegra saber que sigues por aquí.
De echo he pasado ahora un gran rato leyendo alguna de tus ultimas entradas.
Un saludete