domingo, 22 de marzo de 2015

Look de uñas: porcelana china, This is ópera y Turandot




Este look es un clásico, coges blanco, le plantas una plantilla azul y tienes un acabado de cerámica mediterránea o porcelanada china estupendoso. En este caso el blanco es de Debby, ya que han decidido no traer más el disolvente de lacas de uñas de Mercadona, he tenido que comprarme un esmalte nuevo blanco, el que tenía era más que pastoso. Encima el 01 Chacalaca  del Whoom Boom de Essence y una capa del transparente irisado en rosita azulado de essence del duo Boys are back in town, llamado Just a Little Crush para acentuar el brillo porcelana. La placa es de essence, descatalogada, y  como veís, un poco pequeña para mi pulgar (apañadas por el mundo).

Hablando de porcelanada china, hace poco en la dos han estrenado un programa que me tiene fascinada, This is Ópera, programa presentado por Ramón Gener con una idea sacada de TV3 llamada Opera en texans. Lo había visto por casualidad en la tele y me gustó mucho (que se vea que aquí somos melómanos y no sólo estamos hechos de metal, de hecho el metal, sale de aquí también), así que busqué si había más capítulos cuando ví su versión en catalán. Es comprensible, que no es un catalán dificil de entender para una persona que no hable la lengua. Y lo bonito es que te habla de la trastienda de la creación de la obra, de la mentalidad del actor, de lo que pasó hasta terminar la obra.


Hasta que vi el programa de Turandot, en el explica la historia de Turandot y ya te terminas de enamorar del concepto: una princesa sin sentimientos que hace 3 preguntas a sus pretendientes, si contestan bien podrán casarse con ella, sino, son ejecutados. En medio de la plaza, es dispersado por los guardias de la corte un hombre ciego, guiado por su esclava, admite ser el príncipe de los tártaros e interrumpe el ajusticiamiento del príncipe de Persia, porque falló las pruebas. El príncipe tártaro, Timun comenta que escapó al asedio de su ciudad y consiguió sobrevivir guiado por su esclava, Liú, la cual, para que él no se deshonre, mendiga para conseguir dinero para comprar comida. El hijo de Timun le reconoce entre la multitud y le pregunta a la esclava qué le empujó a ser tan buena y considerada con su padre: "un día, en el palacio, me sonreisteis señor". A todo esto que el joven príncipe persa, que va a ser ajusticiado, ve aparecer a la bella princesa Turandot, que no le perdona la pena y tras ver su sacrificio, vuelve a sus aposentos, pero el joven príncipe tártaro pide pasar por 3 pruebas para casarse con ella, ya que según la ve, cae cautivado por su belleza,  y ante la insistencia del joven, que intenta ser disuadido por los ministros Ping, Pang y Pong  y por Liú, ella decide proseguir con el desafío.

Turandot explica que su frialdad es debida a que una princesa, su abuela, para ser más exactos, de su pueblo fue violada y asesinada por hombres extranjeros y que ella se niega a pasar por eso. Es por ello que hace pasar por las tres preguntas a todo aquel que pretenda desposarla. La primera cuestión es ¿cuál es el fantasma que nace cada anochecer y muere con el amanecer?. El joven sin dudar admite "la esperanza", lo que contraría a Turandot, que no se desanima y plantea el segundo acertijo "¿qué es lo que flamea como el fuego sin ser fuego, y arde como la fiebre, pero se enfría en la muerte?", el príncipe duda y al final responde "la sangre", lo que hace sacudirse a Turandot, que admite su acierto. Muy enfadada plantea su tercer acertijo: "Qué es lo que quema como el hielo, y cuanto más frío es, más quema? ", el príncipe desesperado, no sabe qué contestar, hasta que la princesa le repite "cual es el hielo que te hace arder?", ella ríe segura de su victoria, y él, en seco, la mira a los ojos y dice "Turandot". Los jueces dan por buena la respuesta y Turandot se echa a los pies de su padre suplicándole que no le deje a la merced del joven príncipe. El rey la dice que como rey, ha dado su palabra y debe obedecer. Desesperada, mira al joven príncipe y le dice "¿es que me tomarás por la fuerza?", y el la contesta que como ella no sabe su nombre, si lo adivina antes del amanecer, él mismo se asesinará y ella será libre.


El príncipe celebra ya su victoria (el famoso Nessum Dorma), mientras Turandot saca un edicto: aquel que sepa el nombre del príncipe y no lo diga, será penado con la muerte. Liú lo sabe, al principio los ministros Ping, Pang y Pong la sobornan con riqueza y joyas, pero ella se niega a ser desleal a su señor, los soldados se llevan a ella y a Timur, el príncipe ciego tártaro, son conducidos hasta Turandot, que los apremia a cantar hasta la Traviata (de manera figurada, claro), pero ambos niegan esa posibilidad, les amenazan con innumerables torturas, dolor y sufrimiento, sobre todo a Liú, la cual niega ser desleal a su joven señor, y prefiere que él esté feliz con Turandot, que con ella, cuando Turandot le pregunta "pero qué fuerza es esa que te empuja?", ella declara su amor al joven príncipe y tras pedir clemencia a Turandot, la princesa de hielo, la cual se niega a escucharla, y ve cerca las torturas, se quiebra admitiendo que no podrá soportar el sufrimiento, así que coge un cuchillo de uno de los guardias y se lo clava provocando su fallecimiento e impidiendo ser desleal a su amor. El joven príncipe presencia la escena y corre a sostener a la esclava en sus brazos, enternecido por el sacrificio, reprochando su frialdad a Turandot, a la cual la llama "princesa de muerte". Intenta hablar con ella, y explicarle sus sentimientos, Turandot le rechaza, hasta que la besa y ella entiende lo que él siente por ella en ese beso. Él joven príncipe la confiesa su nombre, Calaf, hijo de Timur, para que si aún ella le rechaza, ponga fin a su tormento emocional.

A la mañana siguiente, en la sala del trono Turandot afirma que el nombre del joven príncipe es Amor y Calaf y Turandot son felices, comen perdices y esas cosas.

Lo que hace este programa maravilloso es que Gener te explique que Puccini, compositor de la obra, era un amante de los personajes femeninos pasionales, pero Turandot no es así, así que crea al personaje de Liú para hacer de hilo conductor. Puccini estaba enfermo de un cáncer de garganta, cuando se lo diagnosticaron, le quedaban pocas semanas de vida, y logró escribir hasta la muerte de Liú, donde no supo como continuar sin su doncella pasional, la cual sacrifica su vida por su amor. La obra se terminó varias veces por varios compositores, pero sólo se aceptó la versión del favorito de su hijo, pero cuando se interpretó, el director de orquesta, hizo un parón en lo último escrito, se bajó el telón y ante el desconcierto de todos, dijo "en este momento finaliza la opera, porque aquí el compositor, falleció" haciendo el silencio en la sala en señal de respeto. El último verso que compuso decía "Liú, poesía", en el llanto a la joven esclava.

Lo que no te cuenta Gener, es que era un poco biográfica, en el sentido que, se dice, que el personaje de Liú está, supuestamente, basado en una mujer llamada Doria. La esposa de Puccini la acusó multiples veces de ser la amante de su marido, hasta que Doria se suicidó no pudiendo soportar la presión. En la autopsia se descubrió que era virgen.


El personaje de Liú queda reflejado en una preciosa frase de Gener, personaje que también él aprecia: grandes alma en personajes pequeños. Liú es uno de esos secundarios que te encantan. Sin Liú, quién sabe si hubiesen torturado al padre de Calaf y su amor hubiese sido imposible, rollo shakesperiano, sin Liú, Timur no hubiese sobrevivido, de hecho el llanto de Timur ante la muerte de su, ya no esclava, sino amiga, es de lo más conmovedor, la manera en la que cree que está dormida y la dice "abre los ojos, pequeña paloma" te desarma con ternura hasta que se entera de que está muerta y clama y maldice a los que han llevado a cabo esta injusticia, acompañando al cortejo fúnebre sin soltar la mano de su amiga muerta que tanto ha hecho por él.

Estamos rodeados de personajes pequeños con almas grandes, de Liús que nos llenan el alma cuando estamos rodeados de Turandots, porque Turandot no es mala, simplemente no sabe ser de otra manera y no quiere que la dañen, pero aunque la obra se llame Turandot, al final, todo el mundo se acuerda de las pequeñas Liús.

Ahora, nadie dijo que ser Liú fuese fácil. Apreciad a las Liús que tenéis cerca. Y de paso ved el programa, que es fantástico, a mi el Ramón Gener me tiene enamorada con sus explicaciones oiga.

3 comentarios:

Noelia Cano dijo...

Me ha encantado esa frase de "Apreciad a las Liús que tenéis cerca".
La manicura también, rara vez suelo estamparme todas las uñas y precisamente ahora también las llevo así, aunque en rosa y negro.
BESOS!

Adaldrida dijo...

Preciosa manicura. Y ¿ te aplicas el azul encima del blanco sin más?
Maravilla de post sobre ópera.

Beatriz MissPotingues dijo...

Me ha parecido muy interesante esta forma de acercarnos la ópera, me lo apunto para verlo.
Gracias!