jueves, 22 de agosto de 2013

Nuevos tés

Otra entrega más de mundo Teterimundi, probando nuevos tés.

Tengo que ir terminando, porque tengo muchos a 3 tazas de terminarlos y eso no es serio.  Sobre todo si cada vez que termino uno, me compro dos nuevos (no, no lo es).

Mis últimas adquisiciones son de lo que podríamos considerar de lo más dispares.


Mi intención, tras su última review era comprar el On the Rocks, recomendado por Suflava, gurú de uñas y de tés donde las haya. Dijo “lleva enebro” y lo mío con el enebro es de enfermedad. De hecho descubrí que en el trabajo hay un compañero que tiene el mismo vicio que yo a la colonia Herbíssimo de enebro y tenemos un pacto: quien la encuentre compra un bote al otro. Enfermedad pura.

Tengo muy claro que si me caso, habrá vayas de enebro en mi ramo, será mi algo azul. Oscuro, casi negro, pero azul.

Por si no lo sabéis el enebro, además de para hacer maravillosas colonias que envician al personal, sirve para elaborar la ginebra. On the rocks lleva té verde, canela, limón, regaliz y rosas con sus vayitas maravillosas, destila olor a bollo de anís de pueblo, es un té de olor casi masticable, que lejos de parecerme veraniego, me parece casi alcohólico, aunque no huele a alcohol, huele un poco a ginebra casera (si la habéis olido alguna vez, reconoceréis el deje). ¿Sabéis esa gente que tiene un día duro de oficina y se mete un lingotazo? Pues yo me tomo este té, es como combinado de oficina, frío resulta raro: no parece té per se, caliente, también… pero notas que reconforta.

Entiendo que en este mundo de personas que quieren cosas claramente definidas una bebida con claros matices madereros, cuando para este mundo del té, es más de florecillas, y con un claro matiz de acople a la circunstancia frío- caliente, puede descolocar un poco. Pero yo este té lo definiría como un té de moteros, si es que los moteros toman té… un té claramente masculino, no es fuerte, no es contundente, es casi como la parte inversa del gin tonic, que lo tomas y primero es ácido y tranparente y luego te pega el golpe, pues este primero te da el sabor sorprendente, pero luego sale limpio. Es medieval en este concepto, es rústico, pero no es fuerte, campestre, pero sin ser basto. Me gusta, si terminas un día malo, reconforta como ese lingotazo que no te tomas.


Té Corpore sano, mientras lo dejas reposar deja este color tan bonito en el fondo de la taza.

Me iba a ir cuando vi sobre la mesa el corpore sano. Un té rojo (adicta a esta clase de té me estoy volviendo) con manzana, así que más diurético no puede ser, un olor a galletas de manzana tipo yayitas, muy dulce y agradable, un poco de olor a gominila, que ha sustituido por la mañana mi adorado Baobab (de momento junto con el de japan cherry mi favorito) y que llena mis mañana a olor a dulce y a mi organismo de vitalidad porque es ligero y muy digestivo.

Lleva manzana, kiwi y escaramujo, es un potente diurético (aunque esto yo lo he notado) y posee vitamina C a tutiplen.

 Ideal para leerse, como me leí mientras lo estrenaba, el ¿Porqué somos como somos” de Eduard Punset, un tratado de la evolución del hombre que parte desde el viaje de la astrofísica para explicar porque el mundo es así, pasando por la biología citológica y evolutiva para explicar de dónde venimos y  terminando en la psicología conductista para explicar porque nos comportamos así y como aprendemos.

No puedo recomendar ninguno más porque esta vez tampoco me dieron muestra (creo que esto es un poco aleatorio). 

¿Qué os parecen estos tés?

3 comentarios:

Pilar dijo...

pues cuando te pases por Galaicia mi hermano y yo estaremos encantados en inviatrte a cualquiera de las variedades que tenemos ;)

Un besazo

Noelia Cano dijo...

Estoy segura de que el "corpore sano" me encantaría, debe estar delicioso. Un besazo!

Beatriz MissPotingues dijo...

El On The Rocks pasa a mni wishlist pero ya.

Y sí, los moteros bebemos té.
Besos!