domingo, 21 de mayo de 2023

Look de uñas: Pastel invaders. Notas aclaratorias sobre la zona de confort.

 


 

De fondo, el You are coconuts de Essence, con dos navecitas retro hechas con las lacas rosa Barbie 116 y la falsa Riviera 40, ambas de las 7 días efecto Gel de Easy Paris. Encima tiene una capa de la 008  de la misma gama, que es transparente que es el peor top coat ever: A los dos días toda tu manicura se pegará en todo, sobre todo en toallas y cualquier cosa, y empezará a amarillear. No sé qué lleva pero es un desastre.

La plantilla, por cierto es la Inmaturity 025 de Kads.

Bueno, hablando el otro día en una conversación y teniendo en cuenta que vienen unas semanitas un tanto movidas para mí, quiero hablaros de la zona de confort, de qué es, de qué no es y de cuando y para qué hay que usarla, porque, como muchas cosas, hay gente que no la usa bien.

La zona de confort es un estado mental, no es un sitio realmente físico, aunque lo podemos conectar con espacios físicos o geográficos. La zona de confort está muy relacionada con comportamientos de tipo ansioso y fóbico, aunque ahora la vemos usada en el marketing para muchas cosas que no técnicamente esos espacios que constantemente nos venden que salir de ella es genial... Y hay que puntualizar, como todo en esta vida.


 

Es decir, todos estamos nerviosos ante una novedad, pero si nos genera conductas de rechazo o incluso respuestas patológicas, ya hablamos de otros niveles. Y cuando eso se produce hablamos de volver a la zona de confort.

La zona de confort está pensada para varias cosas:

1.- Ser nuestra zona cero, pero no nuestra vivienda. Si una persona se acomoda en la zona de confort sin agrandarla, esta empieza a encoger cual camiseta de algodón 100% en un lavado con agua muy caliente. Es por ello que tiene que ser una zona de partida para cualquier persona con ansiedad o fobia, desde donde genere su cero  personal y planifique qué hacer. Salir de nuestra zona siempre comporta cierta ansiedad o nerviosismo, pero es manejable porque nos tiene que facilitar un rendimiento y una motivación.

2.- Puede ser plan B. Si sales de la zona de confort y no se consiguen objetivos, la zona de confort está ahí con una gran ventaja: NUNCA se vuelve a la zona de confort sin una recompensa en forma de información, así que pase lo que pase, siempre que vuelves a la zona de confort lo haces con más metros que agregarle. Al salir de la zona de confort nos espera la zona de aprendizaje y por fuera de ella está la zona de pánico, en la zona de aprendizaje siempre nos traemos una bolsa con bolis y cuadernos que podemos usar.


3.-Puede ser hospital emocional. Cuando algo no sale como esperamos podemos volver a la zona de confort con muchas emociones que gestionar y esas emociones merecen atención. Es por ello que podemos tomarnos un tiempo ahí hasta sanar lo imprescindible y...

4.- La zona de confort es como una casa: Que no quieras hacer reforma en la cocina no significa que no puedas cambiar las cortinas en el salón. Puedes dejar tu vida quieta en unos aspectos y aprovechar y trabajar en otros, si te sientes motivada. No siempre hay que crecer por el mismo lado.

Es por ello que me hace gracia cierta gente que me dice "yo no salgo de la zona de confort, estoy muy contenta en ella" y les ves que están constantemente haciendo cosas que las ponen a prueba... ¿Qué entenderán estas personas por zona de confort? A lo mejor el mundo es su ostra... Me hace gracia cuando la gente actúa de manera tan natural ante el desafío porque no lo ven salir fuera de sus límites. Creo que muchas veces no valoramos lo que hacemos sin darnos cuenta y me da cierta risa que la gente viva con tanta naturalidad que hace cosas extraordinarias todos los días.

Otras personas sí son más conscientes pero no lo viven desde la valentía, sino, desde el hay que hacerlo. Y es un poco triste vivir esos momentos desde un pensamiento que me gusta denominar con una expresión que ví en una entrevista hace mucho tiempo (tenía 13 años, así que sí, mogollonaco de tiempo) y que decían que había ganado un partido "yendo a remolque". Es decir, aguantando como podía, pero sin liderar la acción. Estas personas están desarrollando otros patrones que no suponen tanto el crecimiento como la gestión. ¿Es bueno sacarles de su zona de confort si les supone demasiado trabajo? Sí y no, sí, si supone un manejo de acciones diferentes en campos que le pueden generar bienestar y calma y por otro lado, no, si hablamos de sobrecarga a alto nivel. Lo mismo es mejor dejarlo para otro momento.

 


La zona de control te prepara siempre para dificultades que puedan aparecerte, te da herramientas, te ayuda a ser más productivo, no sólo a nivel profesional, también a gestionar tus emociones mejor, flexibiliza tus límites ya que los amplía, aumenta la creatividad y la autoconfianza y según la universidad de Texas, te ayuda a envejecer mejor porque ayuda a trabajar con las capacidades cognitivas.

Vivir siempre fuera de la zona de confort nos genera lo que en psicología se llama adaptación hedonista, es decir, esa ansiedad de lo nuevo se anula y lo novedoso pierde su valor, todo nos aburre y la gente busca cada vez emociones más bestias que les impresionen, por lo que la zona de confort tiene su función, que es regular que haya paz e innovación a partes iguales para no parecer uno de estos pesados de internet que antes de que salga una peli ya están con que es una mierda. 

Señor, cállese y deje de hacer el ridículo.

Es por eso que la zona de confort es la zona para reconfortarse, de descanso, la monotonía también tiene una función de calma y de relax que es necesaria. Y como es un estado mental la zona de confort puede ser una lista musical, un libro, el charlar con una persona en concreto, una película de confort, una actividad deportiva o de ocio: Cosas que sabemos ya qué final tienen, pero las vemos porque es lo que buscamos.


Siempre pongo el ejemplo de La Princesa prometida. Hellen, ¿cómo puede ser que hayas visto unas 128 veces la Princesa Prometida y no te aburra? Porque junto a Asterix en Bretaña son películas que, las pille donde las pille, sé qué va a pasar, no hay sorpresas y cuando las termino, me dejan sonriendo. Y esa es la sensación de la zona de confort, darnos un descanso. Volver a zonas conocidas, donde no tengas que estar en tensión o con miedo a que pasen cosas que te pongan sobrealerta. 

Es por ello que es bueno reconocer qué cosas nos llevan a este estado de ánimo para recurrir a ellas cuando entramos en la zona de pánico para regularnos y hacernos sentir mejor. Y es bueno tenerlas preparadas si entendemos que el nivel de ansiedad puede un día sacarnos a la zona de pánico, nos ayudan a reconectar con cosas controlables y que nos son familiares y reducir así el estrés.

Hay muchas maneras de reconectar y generar una zona de confort. Hay gente a la que le gusta pasear o estar con sus mascotas, otras personas prefieren leer o hacerse una taza de algo caliente, otras personas prefieren jugar a videojuegos conocidos o dedicarse a la pintura... Siempre hay alguna actividad artística que puede ayudarnos porque precisa que no estemos en remolque con la acción, sino que podamos hacer cierto liderazgo tranquilo, como tocar un instrumento, bailar o cocinar... Sobretodo, implica estar en contacto con nosotros, conocernos, qué nos hace sentir mejor, qué no, que sí, pero no lo suficiente, qué podemos hacer al respecto, qué cosas nos hacen sentir mejor y sólo dependen de nosotros y qué cosas dependen de los demás, porque está genial necesitar y pedir un abrazo, pero a veces las personas a las que queremos, no están disponibles y precisamos de un plan B.

Esta vez, en comentarios, me gustaría que compartieséis las vuestras, por si alguien está intentando buscar las suyas y necesita ideas para reconectar con qué le haga sentir mejor y ganar confianza y calma.

3 comentarios:

Noelia Cano dijo...

Efectivamente, hay muchos sitios o maneras para generar eso que ahora también llaman "lugar seguro". Me gusta de tus apuntes, que insistes en que aunque está ahí y está genial que esté, sin salir de ella no hay cambios y por tanto, tampoco aprendizajes. Sin aprender, ¿qué es vivir?
Me encantó tu manicura.
Besos.

Beatriz MissPotingues dijo...

Me ha gustado mucho el post. Yo hice uno de este estilo en Mardcartas hace un tiempo, pero ni de broma tan completo como el tuyo,aunque sí con la misma idea principal. Me hace gracia que tras tanto criticar a zona de confort ahora la llamen lugar seguro: el mismo perro, distinto collar.
El caso es que es algo necesario, como dices, para equilibrar y volver a tu paz.

Besotes!

Adaldrida dijo...

Me ha gustado mucho el post y ahí va mi teoría: salir de la zona de confort está sobrevalorado.
Me explico: hay gente que te impele a salir de esa zona como si fuera un deber moral y no, queridos míos: a veces hacer lo que de verdad sabes hacer es lo que mejor puedes hacer, ea.