Cosas que pasan...

Ayer tuvimos un susto grande en mi familia, mi tía sufrió un infarto. Gracias a Dios está bien , pero el susto ha sido importante, porque si no fuera porque mi tío es médico y tiene un sexto sentido, nadie hubiese supuesto que era un infarto, puesto que no estaba dando la cara, no daba tensión alta, ni los dolores ni molestias que suele dar previos... Los médicos del hospital han dicho que es de los casos más raros que han visto.

Esta visto que en mi casa no somos normales.

Como no me apetece mucho escribir, os hago corta y pega con un relato que escribí hace tiempo escuchando una canción de Sean Lennon, no tiene nada que ver ni la canción, ni el relato, pero por subiros una rallada menos rallante al blog, no me apetece mucho hablar de cosas sin sustancia y tampoco me apetece hablar de lo de mi tía, porque está bien y no hay mucho de lo que hablar en sí, sólo me sale dar gracias a Dios o a lo que cada uno crea y a  mi tio, que estaba alli, a mi este año ya me ha tocado la loteria. Gracias de todos modos, sé que os vais a preocupar :D No estoy triste, simplemente estamos todos preocupados, porque esto nadie se lo esperaba, pero contentos, porque no ha tenido consecuencias nefastas, como quien dice, porque el infarto le pilló en el hospital y se está recuperando. Es muy injusto que esto le pase a las buenas personas, verdad?

Por cierto, el relato no es de risa, y tampoco es gran cosa, es sobre cosas que se me ocurren mirando por la ventana cuando voy en el metro y escucho música, sobre las pequeñas cosas que hacen la vida mejor...  

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-Zumo de piña con lima.

Unos pequeños ojos negros pedían en la barra, bajo el clamor de la música y la gente bailando, yo solo habia venido a tomar una copa con los amigos y a pesar del ruido, su voz musical se oía en toda la estancia.

-Zumo de piña con lima

Lo que más me gustó de ella era que era menuda, con aspecto frágil, pero con mucha fuerza interna, no soy de los que pasan de tener sexo con una tia sin ningun tipo de implicación, tampoco es que me guste lo que más, pero lo que más me gusto de ir a su hotel, fue cuando nos dormimos, se pasó toda la noche agarrando la cintura de mi ropa interior con el dedo meñique.

Otra cosa que me sorprendió es que por la mañana ella se habia ido, pero me puso un poco de lavanda en su lado de la almohada y me dejo una foto debajo. Una polaroid, tenía una foto de un moho blanco en un yogur de limón.

"El pequeño Baptiste era el hijo de una bacteria de cuajada y un presigioso moho de queso azul, tenía sueños, pero salió en un yogur de limón,él, todo blanco, aterciopelado... y terminó viajando por el water y viendo mundo... siempre me ha gustado el color blanco".

Toda la semana fui al mismo bar a verla, estar con ella era lo más parecido a despertarse en una relación sin que nadie te dijese te quiero. Por la mañana trabajaba y de vez en cuando, metido en mi cubículo, miraba la foto de Baptiste y sonreía. Un moho con pretensiones de futuro, un moho que podía enternecer como un cachorro... La noche siguiente la volví a verla, bebiendo su piña con lima, con su sonrisa pegada a su blanca cara y con sus ojitos de alfiler, hablandome con palabras de olor cítrico-tropical.  Esa mañanba me dejó su lado de la cara lleno de post it llenos de caras sonrientes y lavanda, otro día dejó una zanahoria sobre la cama, con la lavanda.

"Si viene un hombre de nieve a por ella, no se lo des, estrelló mi coche contra un pino".

Siempre lavanda. Un día volví a la bar, decidido a estar con ella, me hacia sonreir y a veces es una gran razón para empezar una relación, pero ella no volvió, se habia ido. Tengo el maletin del trabajo lleno de caras sonrientes hechas con post its, tengo la foto del moho del yogur y tengo el olor de la lavanda clavado en la memoria... solamente puedo preguntarme donde estarás...